Jesulín: "Los aficionados del 7 se vengaron de mi"

Jesulín de Ubrique decía al término del festejo de ayer que un sector del público le había tratado con demasiada dureza, y aunque al principio no quería identificarlo, después rectificaba: "Bueno, ¿por qué no decirlo?. Los aficionados del tendido 7 se vengaron de mí, porque no vine antes a Madrid a dar la cara".

Inmediatamente y sin perder el tono educado añadía que él respetaba esa opinión, aunque no la compartía: "En el ruedo hay que ser respetuoso con lo que piense todo el mundo. No creo que haya metido tanto el pico como decían ni que haya toreado tan mal a mis dos toros, que, por cierto, no fueron ninguna maravilla. Deberían saber que aún no se me puede exigir como a una figura". Comentaba después que por lo menos ya había pasado, según él, con dignidad, el trago de Madrid, y que la próxima vez ya todos le juzgarían por sus faenas y sin venganzas.

El ánimo de Fernando Cepeda estaba por los suelos, "porque que te echen un toro al corral en Madrid no es para tirar cohetes", admitía, para agregar que a cada espadazo que le atizaba, más vivo parecía el toro, y que no empezó a matarlo con más tiempo porque quería justificarse ante el público e intentar lucirse, aunque era imposible: 'To único que me ha recompensado fue la ovación de algunos espectadores ccomprensivos con mi esfuerzo". Concluía con el deseo de volver lo antes posible para borrar esta mancha en su historial.

El que con más sentido del humor se tomó el juego de los toros era Pepín Jiménez: "¿Qué voy a hacer ya, sino echarle filosofía después de haber sufrido el peor encierro de toros de mi larga carrera". Reconocía que estaba loco porque se cayera alguno de sus dos enemigos de Núñez, para torear un sobrero: "Pero tampoco hubo suerte".