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Los serbios de Bosnia-Herzegovina proclaman una tregua unilateral de cinco días

Los 12 últimos observadores de la Comunidad Europea (CE) que quedaban en Sarajevo abandonaron ayer la capital de BosniaHerzegovina "por el grave empeoramiento de la Situación de seguridad en dicha región, y al no existir las condiciones mínimas para el cumplimiento de sus tareas" según palabras del jefe de la misión, el portugués Antonio Santos. Sin embargo, los líderes serbios en Bosnia proclamaron posterioremente un alto el fuego unilateral de cinco días e hicieron un llamamiento a la CE para que reanudara las conversaciones de paz con serbios, musulmanes y croatas de Bosnia

Según informó anoche la agencia Tanjug, el parlamento oficioso serbio de Bosnia-Herzegovina, reunido en Banja Luka, al noroeste de Sarajevo, al tiempo que hacía su declaración de tregua pidió a la CE que reanudara sus esfuerzos para lograr un acuerdo de paz en Bosnia. El alto el fuego, decidido tras un día de fuertes combates en la república ex yugoslava, entraba en vigor en la madrugada de hoy.Por otra parte, España y Estados Unidos decidieron ayer llamar a consultas a sus respectivos embajadores en Belgrado. José Manuel Allendesalazar, acreditado en Belgrado desde julio de 1990, deberá regresar a España tras la decisión adoptada el lunes por los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europea de llamar a sus embajadores en la capital de la antigua Yugoslavia.

Los observadores comunitarios que ayer abandonaron Sarajevo constituían el último contingente de la CE en Bosnia tras la retirada de los equipos estacionados en Tuzla (noreste), Bihac (noroeste), Banja Luka (norte) y Mostar (sur).

Cuando el día empezaba a despuntar, los doce monitores de la CE abandonaron sigilosamente el hotel de Sarajevo en el que se hospedaban y tomaron la carretera hacia el puerto adriático de Split, en Croacia. Temerosos por su seguridad ante el viaje de 300 kilómetros que les esperaba, los observadores pidieron a los periodistas que mantuvieran en secreto su salida durante siete horas. La noche anterior los combates de artillería habían sacudido nuevamente Sarajevo.

"Estamos arriesgando demasiado. Nos disparan y nos insultan porque representamos a Europa y hay gente que actúa sin ningún control", declaró Antonio Santos. El cuartel general de la misión de la CE en Zagreb informó que la retirada de los observadores de Bosnia era temporal y que regresarían a Sarajevo tan pronto como la situación se calmara.

La radio de la capital bosnia indicó que francotiradores serbios atacaron el centro de la ciudad durante toda la noche, mientras que la televisión de Belgrado aseguró que por primera vez se habían producido enfrentamientos entre combatientes musulmanes y croatas -aliados en la lucha contra las fuerzas serbias-, aunque no facilit ó más detalles.

En Helsinki, el Comité de Altos Funcionarios de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) decidió excluir a la nueva Yugoslavia -Serbia y Montenegro- de participar en la toma de cualquier decisión de dicho organismo sobre el país balcánico hasta el próximo 30 de junio.

La guerra más horrorosa

"He vuelto horrorizado. Creía haberlo visto todo, pero lo que ocurre en Bosnia-Herzegovina supera todos los límites de lo que pueda imaginarse", declaró ayer en Ginebra el español José María Mendiluce, enviado especial del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a su regreso de Sarajevo. "Todo lo que se escucha o se lee sobre Sarajevo no refleja ni el 50% de lo que ocurre. No sabemos cuántos muertos y desaparecidos hay", agregó Mendiluce, visiblemente afectado, para quien en Bosnia-Herzegovina se violan sistemáticamente todas las convenciones sobre la guerra. En este contexto, dijo, la acción humanitaria es "una gota en un océano". Según el ACNUR, hay unos 650.000 desplazados de Bosnia-Herzegovina, de los que 250.000 permanecen en esta república en condiciones dramáticas".

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