Una melodramática historia triangular
Los reyes del mambo
The mambo kings, 1992. Director: Arne Glitncher. Guión: Cynthia Cidre. Fotografia: Michael Balhaus.
Intérpretes: Armand Assante, Antonio Banderas, Maruschka Detrners, Cathy Moriarty, Des¡ Arnaz Jr. Estreno en Madrid: Palacio de la Música, Cid Campeador, Amaya, Novedades, Aluche, Exceisior,
Florida, California (versión original).
Dados sus altos costes y las dificultades de distribución en el extranjero, el musical comienza a desaparecer como género durante la década de los sesenta para posteriormente sólo realizarse algunas aisladas y caras. producciones. El máximo interés de Los reyes del mambo tocan canciones de amor es ser uno de los más serios intentos de estos últimos años por recuperar el musical, pero más concretamente el musical de estudio de los años cuarenta y cincuenta.Tomando como punto de partida la novela homónima de óscar Hijuelos, el debutante director Ame Gilmclier desentierra la vieja historia de los animosos y desconocidos artistas que llegan a Nueva York para triunfar y la cuenta una vez más. El hecho de que la acción se sitúe en unos bien reconstruidos años cincuenta y que los protagonistas, los hermanos Castillo, sean unos cubanos especialistas en música caribefia que llegan a Estados Unidos en busca de fortuna, emparenta directamente esta producción con los musicales 20th Century Fox protagonizados por Carmen Miranda y ambientados en Latinoamérica.
Los reyes del mambo tiene un arranque realmente brillante con un número en el Tropicana de La Habana digno de Walter Lang, el mejor realizador de estos viejos musicales 20th Century Fox. Siguen las atractivas escenas de la llegada a Nueva York de los hermanos Castillo y el excelente baile, sin duda lo mejor de la película, entre Armand Assante y Maruschka Detmers en el Palladium.
Luego, a medida que la música va quedando a un lado, y la posesiva relación entre los hermanos Castillo y la atractiva Dolores Fuentes se adueña por completo de la película, comienza a írsele de las manos a Arne Glimcher. Primero porque esta melodramática historia triangular queda insinuada en exceso, luego porque el cine norteamericano ha perdido gran parte de su larga tradición para narrar este tipo de historias y, por último, porque al realizador Arne Glimcher le falta experiencia para enfrentarse con una empresa tan arriesgada.
Excelente fotografía
Del -conjunto destaca la excelente fotografía del alemán Michael Balhaus -famoso por sus colaboraciones con su compatriota Rainer Werner Fassbinder-, creador del logrado tono años cincuenta tanto o más que el decorador Stuart Wurtzel; así como el trabajo interpretativo del conjunto de mujeres integrado por la francesa Maruschka Detmers, la norteamericana Cathy Moriarty y la cubana Celia Cruz.
Sin olvidar la presencia de Antonio Banderas en su primera producción norteamericana, muy ajustado en su papel protagonista encamando a Néstor Castillo, a pesar de que no le ayuda nada el doblaje. Por un lado, existe un evidente desajuste al haberse doblado a sí mismo y estar los restantes personajes doblados por dobladores profesionales; y por otro, se cae en el habitual contrasentido de los musicales doblados de que de repente deje de hablar castellano para ponerse a cantar en inglés. Por tanto, hay que ver Los reyes del mambo en su versión original para comprobar que Banderas es tan actor en castellano como en inglés y comprender por qué tiene ungran futuro en el cine norteamericano como latin lover.
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