El duro y polémico filme estadounidense 'Instinto básico' inauguró anoche la competición
Un azar publicitario multiplicó ayer aquí los ecos de la muerte de Marlene, Dietrich. Los organizadores del festival eligieron hace meses como emblema del cartel anunciador de Cannes 92 una bellísima fotografía de la actriz berlinesa en su plenitud de los años treinta. Y a la misma hora que en París enterraban a la última leyenda del cine y en Cannes la apisonadora del negocio de cine comenzaba lentamente a, moverse, la imagen de Marlene se multiplicaba en cada rincón de este laberinto y lo iluminaba todo, al mismo tiempo que su muerte lo ensombrecía.
Los catálogos, los incontables monitores del circuito de televisión interior, las conferencias de prensa, los accesos a las salas, las portadas de los números especiales dedicados a Cannes por todas las revistas de cine del mundo, las camisetas publicitarias, las bolsas de mano, las guías del mercado, los paneles de programación, los bares del recinto, las tarjetas postales: todo, por todas partes, lleva dentro el rostro, multiplicado hasta el infinito, de Marlene Dietrich.La fotografía elegida es de una fuerza y una belleza extraordinarias. Es una imagen desconocida de la actriz, y procede de la colección del editor londinense John Kobal, que es probablemente el museoiconográfico más completo que existe de la historia del cine. Hizo la fotografía Don English en 1932, durante el rodaje efectuado en los estudios, Paramount de aquella maravilla titulada Shanghai Express.
En la imagen, hecha durante una pausa entre dos tomas y bajo los focos del filme, pues la inconfundible luz tenebrista es con toda evidencia obra del genio de Joseph von Ste-rnberg, Marlene se lleva las manos a la cabeza, y bajo ellas sale hacia fuera, escapándo.se materialmente del papel, su mirada de inocencia burlona, al mismo tiempo amistosa e iré nica, bondadosa e incrédula.
Inocencia
Este gesto de incredulidad de la actriz muerta parece elegido aposta como respuesta de la inocencia del cine fundacional a las proporciones gigantescas, casi blasfemas, que en este final de siglo está adquiriendo este inabarcable escaparate del sofisticado y astronómico negocio mundial del cine: ya no cabe Cannes dentro de Cannes. Los muros del enorme palacio, llamado también bunker, de La Croisette han estallado, y fuera del recinto se han instalado en forma de campamento indio para así no dejar escapar los residuos sentimentales de otra leyenda del -cine, el western- las cúpulas picudas de docenas y docenas de tenderetes de compra y venta de películas que no cabian físicamente dentro.
Cien metros más allá, un nuevo hotel de gran lujo, el Noga, ocupa este año el solar que ocupó hasta hace dos el destartalado viejo palacio del festival primitivo.
El hotel, como el Majestic, el Carlton, el Martínez y tantos otros, ha sido también invadido por la riada incontenible del cine, mientras la irónica cordura de Marlene, desde su cartel tumba, se lleva asustada y asombrada las manos a la cabeza: cientos y cientos de películas son, perseguidas por un hormiguero de Miles y miles de mercajeres del cine, que arrastrantras ellos cuentas corrientes con tantos ceros a la derecha como imágenes incrédulas de Marlene hay estos días por aquí, pegadas a las cosas.
Y anoche comenzaron las proyecciones de las películas seleccionadas para,-el concurso. La primera deóllas se titula Instinto básico, y es la que provocó la famosa sentada de colectivos de mujeres y hombres homosexuales- durante la pasada entrega de los Oscar.
No se entiende, la razón de este escándalo, a todas luces prefabricado. Michael Douglas lo explicó aquí ayer a la perfección: "Uno de los aspectos interesantes del guión de esta película se debía justamente al hecho de que el sospechoso fundamental de los crímenes es una mujer bisexual. Pero los personajes no son juzgados en Instinto básico en función de su sexuallidad. Se trata de un estado de hecho, y eso es todo. Por esto creo que la razón de estos colectivos homosexuales es oportupista: una ocasion, ya que se trata de grupos muy minoritarios, para dejar oír su voz".
Intérprete imperable
Nada que añadir, salvo que la película es excelente. Está primorosamente escrita por Joe Eszterhas, ha sido dirigida sin el menor error, por el holandés Paul Verhoeven y está magníficamente interpretada por Douglás y por Sharon Stone, una actriz hasta- ahora segundona -su más conocido trabajo es el de mujer de Schwarzenegger en Desafío total- que desbancó a, ,Julia Roberts y Míchelle Pfeiffer para hacer este trabajo, y que es realmente una intérprete insuperable, tanto por la calidad de su oficio como -por su explosiva belleza..
Anótese esta tremenda réplica -oída en sus labio s: "No he tenido hasta tan tarde éxito en Hollywood, porque tengo, mucha inteligencia. Y en Hollywood ser rubia y estar bien hecha es algo incompatible por la inteligencia. Me he pasado hasta ahora mi carrera rodando películas con cretinos, y lo único que he aprendido ha sido por mi propia cuenta. Hasta que un cineasta de verdad, como Verhoeven, creyó en mí".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.