Sampedro acusa al capitalismo de ahondar las diferencias entre Países ricos y pobres
"El capitalismo no es malo en sí; pero es anacrónico". Así resumió el escritor y economista José Luis Sampedro, la situación de "abismal" desigualdad entre países ricos y pobres durante la presentación ayer en Madrid del informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Este documento se publica desde 1990 para valorar el impacto de las políticas nacionales e internacionales en la vida de la gente.
En la presentación del informe, Antonio Garrigues Walker, antiguo comisario en España del Alto Comisionado de los Refugiados, señaló que quizá el problema de la emigración masiva sea el detonante para un replanteamiento de la actitud de los países ricos con el Sur. Tras señalar que varias estadísticas indican que la mitad occidental de Europa va a recibir a lo largo de esta década entre 25 y 50 millones de emigrantes, Garrigues Walker dijo: "El problema es tan grave y dramático que no queda sino cambiar la concepción global de desarrollo".José Luis Sampedro señaló que la gran virtud de este informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) [ver EL PAÍS del 24 de abril] es subrayar que "el mundo es sólo uno, y cada vez más pequeño". "Aquí, o nos salvamos todos o nos hundimos todos. Los países del Norte, sin embargo, se están comportando como si bastara con que ellos se salven". El escritor y economista dijo que el mundo está mal organizado y que el cambio sólo vendrá cuando se tome conciencia de que el capitalismo es caduco: "Es anacrónico. Se apoya en el individuo, el beneficio y la innovación. Todo esto sirvió en un momento histórico, pero ahora no. Ahora no caben sociedades aisladas como hace cuatro siglos". Sampedro concluyó apuntando que quizá haga falta un gran desastre nuclear o ecológico para que el Norte se dé cuenta de que la mentalidad del mercado sin límites ya no tiene sentido.
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