Maragall pido el fin de la polémica a la Generalitat
El alcalde de Barcelona y máximo, responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de 1992, Pasqual Maragall, dirigió ayer una velada petición al Gobierno de la Generalitat para que contribuya a terminar con la polémica que ha rodeado en los últimos días la presencia de los símbolos catalanes en las ceremonias oficiales de los JJ OO. Maragall, que calificó dicha polémica de "inútil e innecesaria", afirmó que el Ejecutivo catalán, en tanto que máxima institución política de Cataluña, es el que tiene ahora la responsabilidad de "reconducir" este asunto al ámbito institucional.
Pasqual Maragall hizo ayer uno de los últimos balances del estado de las obras y de la organización olímpicas previos a la inauguración de los Juegos, de la que a partir de mañana sólo separarán 100 días. Fue un balance teñido de indisimulado optimismo y entusiasmo. "Los Juegos Olímpicos irán bien, ahora puede decirse alto y claro", fue una de sus numerosas afirmaciones en este sentido.
Indignación
El contrapunto a estas reflexiones fueron sus comentarios sobre la reciente polémica que ha rodeado a la catalanización de los Juegos, ante la cual dijo "no poder esconder cierta indignación". "Vamos tan bien", afirmó con ironía, "que podemos permitimos el lujo de polémicas inútiles e innecesarias". Maragall evitó responsabilizar a nadie de haber atizado la controversia.El alcalde de Barcelona sí atribuyó al Gobierno de la Generalitat la responsabilidad de "reconducir este tema" y contribuir a que la discusión de los detalles sobre la presencia de los símbolos catalanes se establezca exclusivamente a través de los canales institucionales.
Maragall no entró a enjuiciar las amenazas vertidas por Esquerra Republicana (ERC) y el Comité Olímpico Catalán (COC) de convocar una manifestación de protesta el día de la inauguración de los JJ OO si sus demandas no son aceptadas, y ni siquiera se refirió explícitamente a estas dos organizaciones, a las que calificó de "grupos minoritarios". Pero sí hizo una petición expresa para que, por "respeto" y "patriotismo" reconsideren su actitud.
