Un diestro de leyenda
Juan Belmonte nació el 14 de abril de 1892 en el número 72 de la calle de la Feria, en Sevilla. Durante toda su vida profesional y también después, en el retiro, gozó de la máxima popularidad, y pronto se convirtió en un diestro de leyenda.Tenía unos 15 años cuando empezó a hacer incursiones nocturnas en las ganaderías de la zona. El banderillero José María Calderón le impartió las primeras lecciones de tauromaquia. El 24 de julio de 19 10 debutó como becerrista en El Arahal.
El 30 de julio de 1911 toreó en Sevilla y le echaron al corral un novillo. Este fracaso le apartó del toreo y estuvo un año trabajando de jornalero. Volvió a intentarlo en 1912, y toreó en Valencia, donde tuvo sensacionales actuaciones que le valieron numerosos contratos. El triunfo que alcanzó en Sevilla el 21 de julio le dio gran proyección.
El 26 de marzo de 1913 debutó en Madrid, con novillos de Santa Coloma, y alcanzó tal éxito que repitió el 11 de abril en un ambiente de gran apasionamiento. Su toreo revolucionario contaba ya con fervientes partidarios y severos detractores; entre los Primeros, intelectuales como Valle-Inclán y Ramón Pérez de Ayala, con quienes hizo amistad.
1 El 16 de octubre de 1913 le dio la alternativa Machaquito en Madrid, con El Gallo de testigo. La corrida fue un escándalo, por la falta de trapío de los toros. Pero ya la fama de Belmonte sería creciente. Estableció competencia con Joselito y cuajó faenas históricas; entre otras, las de Madrid, en la corrida de Beneficencia de 1915 y en la del Montepío de Toreros de 1917.
Hizo varias campañas americanas y se retiró dos veces del toreo. Su primera reaparición, en 1923, la hizo como rejoneador, aunque un fabuloso contrato ofrecido por el empresario Pagés le decidió a vestirse de luces. La segunda, en 1934, tras siete años de inactividad. Aquel año participó en la corrida innaugural de Las Ventas y realizó una faena memorable, premiada con dos orejas y rabo. Retirado definitivamente en 1936, sólo participó en festivales.
Belmonte tuvo numerosas cogidas, aunque pocas de especial gravedad. Ganadero y agricultor, practicaba a diario el acoso y derribo, y así lo estuvo haciendo hasta el final. Él mismo truncó su vida al llegar a la vejez. Una enfermedad que debió creer incurable pudo inducirle al suicidio, y el 8 de abril de 1962 se pegó un tiro.
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