Delors pide a los Gobiernos de la CE que dejen de actuar como párrocos

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, pidió el viernes . a los Gobiernos de la CE que "dejen de decir como los párrocos: éstos son mis pobres, tú no te ocupes de ellos". Delors resumía así, en un debate celebrado esta semana en Bruselas, la dificultad para establecer una, política comunitaria contra la exclusión social y la pobreza, que ya afectan a 50 millones de ciudadanos europeos.

LUCÍA ARGOS, ENVIADA ESPECIAL. Los 350 representantes de ayuntamientos, sindicatos y organizaciones gubernamentales europeas que han participado en el seminario Luchar contra la exclusión, promover la integración esperaban de Delors el anuncio de medidas concretas. Pero el presidente de la Comisión Europea ya inició su intervención avisando: "Es un tema sobre el que debo ser modesto, por no decir que soy impotente".Delors admitió que a los Gobiernos "no les gusta que la Comunidad Europea se ocupe de los pobres y los' desposeídos". Su afirmación se vio reforzada por la de¡ presidente de la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, el holandés Wim van Velzen: "La falta de progreso en la dimensión social es culpa del Consejo de Ministros" y explicó que en este terreno sólo se consigue un 5% de éxitos.

En contra de la opinión expresada por Delors, los distintos agentes sociales que participaron en el seminario no dudaron que la convergencia económica va a suponer una vuelta de tuerca más al problema de la exclusión social. Inés Ayala, del sindicato español UGT, lamentaba que "los más necesitados vayan a pagar la reducción del déficit".Planes de convergencia

Mia Devits, secretaria general de la Federación del Trabajo de Bélgica, criticó que la política convergente que implica la reducción del déficit "no venga acompañada de una política fiscal armonizada, sino que los Gobiernos intentan hacerlo a costa de la protección social".

¿Cómo puede explicarse la contradicción de que una Europa cada vez más rica excluya a mayor número de ciudadanos de los frutos del progreso?, se preguntaban los oradores. Para Jean Baptiste de Foucauld, comisario general del plan Pobreza ante la CE, la respuesta está en una combinación explosiva entre el progreso tecnológico y la sustitución de la solidaridad por el individualismo. Una de sus propuestas para asegurar el empleo es que las empresas sustituyan la flexibilidad externa por la intema. Es decir, que los sueldos fluctúen arriba o abajo al mismo ritmo que las variaciones del mercado, asegurando así que no se pierdan puestos de trabajo.

La proposición parte de la base de que el empleo es hoy por hoy la llave única para la participación o la exclusión social, si bien la meta de trabajo para todos está siendo abandonada en los foros económicos. "Nos choca", explicó Inés Ayala, "que se plantee el pleno empleo como salida para la exclusión habiendo un mar de fondo en que los Gobiernos y los poderes económicos no tienen claro que sea posible, ni siquiera para los que ya están integrados en el mercado de trabajo". Todos los asistentes al seminario coincidieron además en que, si no se corrigen las desigualdades, la violencia engendrada entre quienes viven apartados de los beneficios comunitarios acabará con los logros de la nueva Europa.