Un legendario maestro del jazz enseña a músicos españoles

Kenny Burrell está considerado como uno de los mejores guitarristas de jazz de todos los tiempos. Los artistas con los que ha tocado están escritos con letras doradas en la historia de esta música: Billie Holliday, John Coltrane, Benny Goodman, Oscar Peterson, Dizzy Gillespie, Stan Getz.... Burrell ha impartido en Valencia un seminario de jazz en el que ha insistido en el feeling: "En música es la clave para hacer aflorar tu propio estilo" afirma este músico nacido en Detroit, en 1931, que hoy actúa en el Colegio Mayor San Juan Evangelista, de Madrid.

"Cualquiera puede copiar el estilo de otro músico y tocarlo bien, pero eso no es creativo", explica Burrell. La primera pregunta que hizo a los jóvenes músicos que asistían al seminario en Valencia, fue si querían ser unos creadores o unos continuadores. "Cada músico debe encontrar su camino, su propio sonido y ayudarle a ello es parte de mi trabajo; si sólo quiere ser un imitador, basta con asistir a una escuela".En la música de Kenny Burrell, reflejada en una extensa discografía de la que Midnight Blues y Guitar Forms son los álbumes más populares, el feefing (sentimiento musical) es el elemento clave. "El feeling no se puede enseñar", advierte el guitarrista, "pero algo de ello puede transmitirse". Su trabajo docente tiene un fuerte componente sicológico, consistente en que "la gente se relaje y deje fluir su propios sentimientos".

Pasión española

Kenny Burrell se siente a gusto en España, donde ha actuado varias veces, porque "hay una pasión por la música que no he encontrado en otros sitios donde he ido a trabajar". Adora el "sonido natural" de la guitarra española, instrumento que, desde hace 30 años, comparte con la eléctrica y la acústica de cuerdas metálicas. "La guitarra española", señala el músico, "es ideal para algunas piezas clásicas". Cita entre ellas Mood Indigo, de Duke Ellington, pero también toca con este instrumento Don't explain, una canción inolvidable en la voz de Billie Holliday, "Para mí, estas composiciones son como música clásica, y así las trato", aclara.Hay piezas relacionadas con Django Reinhardt para las que prefiere la acústica, que es más bluesy y tiene más ataque. "Uno ha de ser consciente", explica, "y al mismo tiempo respetuoso con la herencia musical que trata de transmitir".

Elude opinar sobre los nuevos valores de la guitarra con una imagen un tanto poética. "Estoy en un jardín plantando árboles y no puedo ver el resto de las plantas", dice Burrell, que sin embargo se muestra respetuoso con las más recientes innovaciones técnicas. Al preguntarle sobre Stanley Jordan, que es capaz de tocar la guitarra como si fuera un piano, asegura que "en el jazz siempre hay sitio para un nuevo estilo, cuando es una creación honesta, porque representa una nueva personalidad, un feeling distinto".

Kenny Burrell actuó ayer en Valencia y hoy lo hará en Madrid (Colegio Mayor San Juan Evangelista, a las 19,30 horas), en compañía de Cedar Walton, Dave Willians, Billy Higgins y Ralph Moore, los cuatro músicos con que ha compartido magisterio en el seminario de jazz. Sin embargo, su formación favorita es el trío de bajo, guitarra y batería, que estrenó con su hermano Billy a principios de los cincuenta: "Actuamos en un rincón de un restaurante, los tres de pie porque no había espacio para más, y ahí empezó todo".