Los tebeos de la verdad
Profesores japoneses desafían la historia oficial con una serie de 'comics' sobre el Ejército en la II Guerra Mundial
Un grupo de profesores japoneses hartos de que el Ministerio de Educación oculte en sus libros de texto la realidad de la historia contemporánea nipona ha editado una serie de tebeos para que las nuevas generaciones conozcan las agresiones cometidas por el Ejército Imperial en Asia. "En Singapur, los libros dedican 70 páginas a describir la guerra del Pacífico, mientras que en Japón el tema se liquida con unas pocas", afirma Tetsuo Aoki, directivo del grupo Piezo Comic Corporation, editor de la colección titulada Guerra.
El Ministerio de Educación, que revisa todos los libros escolares, aplica desde hace décadas una política que minimiza o esconde el pasado nacional que más avergüenza, pese a que recientemente se hayan incorporado las palabras "invasión" y "agresión" en lugar del antiguo término "avance" al referirse a la conquista militar del este de China y gran parte del sureste asiático.Los libros, editados ahora en forma de tebeos o comics, que gozan de gran popularidad en Japón, recrean la ocupación japonesa en Corea, Singapur y China, a través de varios dramas familiares. Las historia han sido escritas conjuntamente por Kazuya Kichijoji e Hiroki Yatsurugi, que decidieron emprender esta delicada tarea como alternativa a la escasa información oficial sobre asuntos que "a todos nos interesan".
Aoki subraya que, "como los textos escolares comienzan desde la edad antigua, ocurre en ocasiones que el curso termina en marzo sin haberse abordado las guerras contemporáneas". Uno de los aspectos más difíciles del trabajo fue conseguir una historia interesante, narrada desde el punto de vista de quienes la sufrieron, pero respetuosa con la historia. Los promotores de los libros subrayaron que la juventud japonesa ha escuchado narraciones que inciden en el victimismo, "pero evitando detallar lo que hicimos en Asia".
Crudeza
El prólogo de uno de los libros, titulado El cielo de Justa", denuncia la cruel actuación militar nipona en Asia, y su redactor afirma que "el Ejército japonés hizo con sus víctimas lo mismo que los nazis hicieron con los judíos. Lo mismo que les ocurrió a los protagonistas de este relato". A través de la historia de una estudiante coreana de los años treinta, se cuenta cómo se obligaban al cambio de los nombres coreanos por japoneses o se fusilaba por la mera apariencia física de las personas. "Un joven con gafas e intelectual era candidato a la muerte", se dice. Con parecidos términos se cuentan en 256 páginas las desventuras de miles de chinos o habitantes de Singapur enviados a las minas o asesinados en alta mar.Uno de los historiadores japoneses que más han luchado por conseguir unos libros de texto respetuosos con el pasado es Saburo lenaga, que desde 1962 se querella con el Gobierno en su intento por modificar los actuales planes de estudio. Una de sus principales batallas es conseguir una fiel reproducción de los hechos sucedidos en la ciudad china de Nanking en 1937. Ese año las tropas japonesas entraron en la población, capital de la China nacionalista, y pasaron a cuchillo a más de 100.000 personas. Los censores del Ministerio de Educación indicaron a los autores del relato, preparado para su inclusión en los libros de texto, que omitiesen la referencia al número de personas muertas.
En El cielo de Justa se abordan con una gran crudeza temas muy sensibles. En una de las páginas, un soldado levanta un niño con una mano y lo ensarta con una bayoneta. "Aunque sea un niño, cuando crezca será un enemigo, y, por tanto, hay que matarlo", dice el militar soltando una risotada.
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