Arrogantes prooccidentales
Muchos rusos perciben al equipo Gaidar como un conjunto de jóvenes arrogantes dispuestos a experimentar sus teorías de importación con el ciudadano corriente. La situación es más compleja. Junto a la importación de recetas occidentales sancionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) (especialmente el modelo polaco) y bendecidas por el economista norteamericano Jeff Sachs, aparece una corriente que destaca las peculiaridades del sistema soviético.Esta corriente está representada por Náishul y Kordonski . El sistema soviético, opina este último, era un "mercado administrativo". El rublo en efectivo tenía en él una importancia relativa, coexistiendo con valores mercantiles que en Occidente no son tales.
Para Náishul, la reforma económica no consiste en la aplicación de una serie de recetas ya experimentadas en otros países, lo que lleva a concentrar la atención en el déficit presupuestarlo y la estabilización de la masa monetaria, sino en propiciar la transformación del mercado administrativo soviético a partir de sus características específicas. Esta polémica se da al margen de las di vergenclas sobre las dimensiones sociales de la reforma, un tema que puede producir una fisura en el eje Gaidar-Shojin, según medios próximos al segundo.
Náishul y otros miembros del equipo Gaidar se confiesan admiradores de la reforma económica chilena, realizada por el economista Sergio de la Cuadra. Náishul la considera "muy brillante" y sobre todo le gusta el plan de pensiones privado y la transformación de la deuda exterior en inversiones internas. En abril de 1991, varios miembros del equipo Gaidar fueron a Chile a ver a Sergio de la Cuadra. Más que un viaje fue casi una peregrinación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.