Un grupo de estudiantes sevillanos suplantaba a otros en los exámenes

La Universidad de Sevilla ha sancionado, con penas que van desde la expulsión de la universidad durante tres años a la expulsión por un curso de un centro concreto, a 16 alumnos que se presentaban a exámenes suplantando la personalidad de otros.Uno de ellos, estudiante de la Escuela de Empresariales, está procesado judicialmente por falsificación de documento público. Esta mafia, en la que según el Servicio de Estudiantes podrían estar implicados unos 50 alumnos, se dedicaba a colocar anuncios en bares de las facultades desde los que se prometía "ganar dinero de forma fácil".

Los estudiantes que se presentaban por otros cobraban alrededor de 50.000 pesetas por asignatura aprobada, según datos del Vicerrectorado de Estudiantes y Calidad de la Enseñanza.

La Universidad de Sevilla, que este año ha batido el récord de expedientes disciplinarios con un total de 33 alumnos sancionados, viene extremando las medidas de seguridad en los exámenes desde que localizaron, en junio del pasado año, estas anomalías. "Creemos que el curso pasado fue el segundo durante el cual funcionó esta especie de organización. Además de los sancionados hay otros siete alumnos que fueron descubiertos, pero que huyeron en mitad del examen y no hemos podido identificarlos", señala José Domínguez Abascal, vicerrector de Estudiantes.

Discreción

"Durante los exámenes de junio del curso pasado supimos que en los bares de algunas facultades, como Derecho, Ciencias Económicas y la Escuela de Ingenieros, aparecieron fotocopias de anuncios en los que se leía: "¿Quieres ganar dinero presentándote por otro? Garantizamos discreción. Llama a los teléfonos...". "A partir de entonces, el Rectorado mandó comunicados a todos los departamentos de la universidad para que adoptasen medidas que garantizasen la personalidad del individuo que se examina", explica el vicerrector.

Como resultado del endurecimiento de la vigilancia durante las pruebas, la universidad ha sancionado a 33 alumnos. Además de las suplantaciones, los profesores descubrieron que alumnos de la Escuela de Ingenieros habían entrado ilegalmente en el despacho de un profesor para cambiar exámenes ya realizados por otros con las respuestas correctas. A otros alumnos les comunicaban por radio las respuestas correctas durante las pruebas. La mayoría de las suplantaciones se han realizado en asignaturas de idiomas y en materias de escuelas universitarias donde los que se presentan por otros son alumnos de las facultades superiores.