Kravchuk niega a Yeltsin el derecho a negociar el desarme nuclear en nombre de la CEI
"Estados Unidos debería sentarse a negociar la reducción de las armas estratégicas nucleares con las cuatro repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que las tienen desplegadas en sus territorios, y no sólo con Rusia, porque ese país no tiene fuerzas armadas propias y a Borís Yeltsin [el presidente de la Federación Rusa] nadie le ha facultado para hablar en nombre de los otros Estados de la CEI", manifestó ayer el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, en una reunión mantenida en Kiev con periodistas extranjeros.
"Sería más honesto que Rusia constituyera su propio ejército, que pronto lo formará", señaló Kravchuk. "Borís Nikolaievich [Yeltsin] dijo en su entrevista con George Bush que iba a reducir sus fuerzas estratégicas, pero para eso las ha de poseer, ha de tener fuerzas armadas propias. Si lo que hizo fue hablar en nombre de toda la CEI, debo decir que nadie le había concedido esa facultad". Sin embargo, aclaró -que esto no significa que esté contra la reducción de armas nucleares. Ucrania se ha declarado neutral y pretende convertirse en un país desnuclearizado, pero desea también que las cosas se hagan "seria y correctamente"."Si digo que los misiles ya no apuntan a Estados Unidos, pero no digo hacia dónde están dirigidos, otros países [Francia, por ejemplo] pueden pensar que ahora apuntan contra ellos. Y si digo que los misiles de Ucrania ya no se encuentran en estado de alerta, estoy simplemente desinformando, porque eso no es verdad", dijo Kravchuk al criticar las declaraciones hechas por Yeltsin en vísperas de su reciente visita a Norteamérica. "¿Cómo es posible que a Ucrania, que tiene 170 silos nucleares, no se le consulte sobre las reducciones de armamento? Todas las repúblicas nuclearizadas de la CEI deben sentarse a negociar con Bush y no sólo Rusia, para que mañana la humanidad no se pregunte hacia dónde apuntan nuestros misiles", arirmó Kravchuk.
Las conversaciones de desarme deberían efectuarse, en su opinión, en dos etapas: la primera sería bajo la fórmula cuatro más uno (Bielorrusia, Kazajstán, Rusia y Ucrania, más Estados Unidos), para terminar el actual proceso; en la segunda, habría que invitar a las otras potencias nucleares: Francia, Reino Unido y China.
Al abordar las cuestiones internas de la CEI, Kravchuk consideró que la comunidad tiene dos tareas principales: actuar como un comité de liquidación de las antiguas estructuras que debe determinar cómo se reparten los bienes de la ex URSS. y cómo se divide la deuda exterior; y establecer entre los miembros de la CEI relaciones basadas en nuevos principios, sobre la base de relaciones entre países independientes. "Si esto se logra, la CEI tendrá éxito", dijo.
Desgraciadamente, según Kravchuk, en los Estados de la CEI, principalmente en Rusia, hay fuerzas de tendencias imperialistas. Como queda demostrado, en su opinión, "por las pretensiones territoriales" expuestas por los diputados rusos que desean anular el acta, promulgada en 1954, que transfiere Crimea a Ucrania, y por el apoyo que tienen políticos como el vicepresidente ruso, Alexandr Rutskoi, o el alcalde de San Petersburgo, Anatoli Sobchak.
El proceso de Helsinki
El líder ucranio se mostró preocupado por el problema de Crimea, aunque mostró su confianza en el "sentido común" del Parlamento de esa república autónoma. "Revisar la posesión de Crimea significa cuestionar el proceso de Helsinki. ¿Cómo podrán las repúblicas firmar mañana el acuerdo de Helsinki con una mano si con la otra abogan por revisar las fronteras en el interior de la CEI?", se preguntó.
Kravchuk dejó ver su malestar por "las falsificación es" que el mariscal Yevgueni Sháposhnikov, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la CEI, ha hecho de su posición. "Ucrania no ha dicho jamás que pretenda poseer toda la flota del mar Negro. Lo que sí queremos es crear nuestra propia Armada con una parte de esa flota", precisó. "Ucrania puede pretender sólo el 30% de esa flota", agregó. Su república, según aseguró, no desea desempeñar tareas estratégicas en el mar Mediterráneo, sino sólo defender sus propias fronteras. El presidente ucranio reiteró que la conservación de un ejército único en la CEI supondría el peligro de un golpe de Estado militar.
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