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Una ballena llamada Gassman

Después de 47 años de maniática dedicación al escenario, Vittorio Gassman confiesa una imposibilidad personal de ser espontáneo. "Ese es mi drama", admite "Quizá porque en algún momento en la infancia debo haber comprendido que para dulcificar una herida interior debía aprender sin duda a fingir. Poseo una naturaleza antinatural que me ha impuesto conciliar la timidez y el exhibicionismo". Y en efecto, para este artista recitar es ya parte de sí y de su vida cotidiana. "Cuando converso con mi interlocutor estoy a la vez escuchando mis palabras. Soy más desenvuelto en el set. Esto nos sucede a todos, pues a fin de cuentas todos los hombres son actores. Ionesco decía: 'Todos los hombres actúan, a excepción de algunos actores".Sin embargo, tres años atrás fueron justamente el teatro y dos libros autobiográficos su refugio y su terapia para derrotar la depresión. "Es una enfermedad muy dolorosa que pertenece al misterio de la psique. Y yo tenía siempre vergüenza de estar deprimido. Hoy me siento más calmado y eso es ya sólo una sombra del pasado. La raíz terapéutica del teatro es innegable, pero es también peligrosa. Se convierte en un entrenamiento cotidiano, una costumbre de prescindir de la propia personalidad. Es fácil llegar a la demencia o puede ser una diversión. Amo divertirme y me estoy preparando ahora para una vejez alegre, muy activa, un poco desconcertante".

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Tiene 70 años y es aún guapo y vital a pesar de su rostro lleno de arrugas. Como un adolescente, está lleno de proyectos que alternan entre cine y teatro. Entre ellos habla de Atlántida, una coproducción internacional dirigida por Bob Swain. Y de Moby Dick, el espectáculo gigantesco que está preparando en el puerto de Génova, su ciudad natal, con motivo. de la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. "Moby Dick es quizá el proyecto más ambicioso que jamás haya preparado en teatro", asegura. "Hace referencia al libro homónimo, una obra que he amado desde mi infancia y que privilegiaría antes que cualquier otra pues contiene grandes valores literarios. Además, aquellos valores del coraje, de la utopía, de la irrecionalidad ética, que han interesado siempre y que son intrínsecamente teatrales".

Según Gassman, Moby Dick contiene por naturaleza una teatralidad indirecta. Además, elementos como el gran personaje del capitán Achab, la evidencia de resonancias shakespearianas como la de Macbeth principalmente otorgan a este intento de tanta relevancia una gran vitalidad. Los diálogos serán elaborados en italiano, usando también la inserción de fragmentos y un reparto en otras lenguas europeas, africanas y asiáticas. "Moby Dick será una obra itinerante representada en lugares particulares" agrega Gassman. Debutará en Génova, para luego dirigirse a España, a la Expo de Sevilla en agosto. Posteriormente se trasladará a la isla Tiberina en Roma. Luego, a Zúrich, París, Viena. En fin, Moby Dick será una ballena que sin duda viajará mucho.

Respecto a la película que le ha traído a Berlín, Vittorio Gassman habla y sonríe categórico: "El largo invierno me ha dado la posibilidad de actuar por primera vez en mi vida en castellano. Me ha entusiasmado tanto esta experiencia hasta el punto de pensar en nuevas ideas con Camino y otros directores españoles. Esto me llena de ansias, pues es un momento de la historia muy español. Simpatizo profundamente con el pueblo español. Son muy similares a nosotros italianos, pero creo que ellos tienen global-mente un grado de dignidad mayor. Son un poco menos bufones que los italianos y un poco menos alterados que los franceses".

"Para afrontar un drama tan terrible como una guerra civil, en una obra artística", continúa Gassman, "es mejor dejar transcurrir el tiempo antes de llevarlo a cabo. Bajo este punto de vista, el guión de Camino es muy inteligente: ha contado la historia en manera indirecta, a través de las reacciones de los individuos, evitando convertir su obra en un panfleto político", admite.

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