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Argelia vive bajo el temor a una guerra

Argelia se ha colocado, tras los incidentes generalizados del pasado viernes en casi todo el país, con un balance provisional de más de 50 muertos y 300 heridos, al borde de la guerra civil. Éste es el sentir generalizado de la población, recogido por diversos medios informativos y por un disidente del Frente Islámico de Salvación (FIS). Mientras continúan los disturbios en diferentes ciudades, en el barrio argelino de Bab el Ued la policía procedía a la detención del imam Abdelkáder Mogni, uno de los líderes más carismáticos del FIS.

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Argelia no se tomó ayer ni un segundo de respiro. Los incidentes del viernes, que se saldaron con más de 50 muertos, 300 heridos y más de 400 detenidos, enlazaron con los del sábado, sin prácticamente ningún paréntesis y con el peligro de que la situación se alargue de forma indefinida y cruel. Ayer se reunió el Alto Consejo de Seguridad y pidió a la junta cívico-militar que gobierna el país el empleo de la mayor "firmeza para restablecer el orden público". El Consejo estudiaba anoche la posibilidad de decretar el estado de excepción y la ilegalización del FIS.Durante toda la noche del viernes al sábado se escucharon en los barrios periféricos del este de la capital, e incluso en el centro, cerca del Palacio de Gobierno, ráfagas de armas automáticas o disparos aislados. Lo mismo sucedió en otras ciudades alejadas de Argel, como Batria, Constantina, Tiaret, Barika o Medea, donde las fuerzas de seguridad fueron sometidas a un permanente jaque por parte de comandos formados por grupos de 10 a 15 jóvenes.

Con el alba la lucha se hizo más dura y los revoltosos volvieron a hacerse fuertes en los barrios periféricos de Batria, se inició el sexto día de revuelta en Medea, donde una huelga general paralizó toda la ciudad, o en Tiaret,una villa construida para 25.000 habitantes y donde se aloja una población 10 veces superior. Pero ayer los incidentes más alarmantes acaecieron en la ciudad de Barika, de 60.000 habitantes, situada a unos 80 kilómetros al sur de Constantina, por debajo de la legendaria y mítica Batria. En esta última ciudad las fuerzas militares han optado por formar un cordón de seguridad entre las zonas controladas y las sublevadas mientras la policía trata por todos los medios de lo calizar a dos periodistas secuestrados por los integristas.

Los suburbios industriales, los barrios de chabolas y las zonas universitarias del este de la capital argelina reemprendieron ayer también las movilizaciones, protagonizadas por jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 16 y los 30 años. Como el día anterior trataron de construir barricadas para cortar el tráfico y algunos accesos al aeropuerto, mientras levantaban por doquier hogueras con neumáticos de vehículos, en una operación perfectamente estudiada.

La sublevación espontánea y popular, en muchos casos no controlada ni dirigida por el Frente Islámico de Salvación, se mezcla con operaciones perfectamente estudiadas y planeadas por grupos armados, como la que se llevó a término en el centro de Argel cuando unos desconocidos trataron de asaltar los estudios de la radio oficial, o cuando ocuparon la central de teléfonos de Batria, o interrumpieron las líneas de comunicación e incluso de ferrocarril hacia el oeste del país.

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En medio de esta situación caótica y en una prueba más de fuerza, la junta cívico-militar de tuvo ayer al imam Abdelkáder Mogni, uno de los líderes más carismáticos del Frente Islámico de Salvación.-

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