Aranzadi pide que se aproveche la fuerza de la peseta para invertir en el exterior

El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Claudio Aranzadi, exhortó ayer a los empresarios privados españoles a que aprovechen la fortaleza que actualmente tiene la peseta para invertir en el exterior. Aranzadi, que ya lanzó este mensaje a los más de 3.000 empresarios que estuvieron en la cumbre organizada por la CEOE la semana pasada, mantiene que las empresas españolas destinan poco dinero de sus beneficios a inversiones, lo cual tiene especial reflejo en el exterior.

Uno de los instrumentos básicos para apoyar las inversiones en el exterior es el plan de internacionalización de la industria española que el ministro presentó ayer. Según este plan, compuesto de cinco programas (comercial, financiero, fiscal, informativo y de formación), las empresas españolas tienen unas deducciones por inversión de hasta el 20% en todas las operaciones directas realizadas en el exterior, por el 15% que tenían hasta 1992.Según el plan, las empresas podrán cubrir las pérdidas de filiales en el extranjero con los beneficios de la sociedad matriz, y así se recogerá en el futuro impuesto sobre sociedades; asimismo, el plan elimina la doble imposición con un importante ramillete de países. La finalidad de esta medida es que las empresas puedan repatriar dividendos a España y favorecer la reducción de costes de organización en el exterior.

En cuanto al programa financiero, el ministro destacó que las actuaciones se centrarán en el aumento de las dotaciones presupuestarias, la ampliación de la cobertura de inversiones de Cesce, la incorporación de la Corporación Bancaria Española a los programas de internacionalización -mediante la creación de un departamento especializado en la valoración y análisis de riesgo de proyectos de inversión- y la prioridad que se va a dar a proyectos que signifiquen el establecimiento permanente.

En materia de formación, el plan hace hincapié en la inversión necesaria en capital humano. En ese sentido, se potenciará la enseñanza de idiomas y la formación de nuevos profesionales en comercio exterior. Según el ministro, sólo el 1,3% de los ejecutivos españoles sabe algún idioma.

Aranzadi reseñó que la inversión española en el exterior tiene escaso grado de internacionalización. En 1991, la inversión neta fue de 313.804 millones de pesetas, mientras en 1990 había sido de 279.156 millones con una exportación de 5.257.000 millones de pesetas. En cualquier caso, se ha experimentado una clara mejoría, ya que en 1988 la inversión fue de 140.000 millones.

Esta inversión estuvo dominada por el sector financiero, con el 67,5% en 1990. La inversión se dirige, fundamentalmente, a países de la OCDE, con el 77,5% en 1991. En cualquier caso, el año pasado se produjo una tendencia de crecimiento clara en las inversiones en Estados Unidos (ha pasado del 9,1 % en 1989 al 19,8% en 1991) y a Latinoamérica (ha pasado del 4% en 1989 al 13,9% en 1991). Por el contrario, han caído sustancialmente las inversiones en paraísos fiscales, que ha pasado del 4,4% en 1990 al 2,9% en 1991, rompiendo la tendencia al alza hasta el ejercicio de 1990.

Según el ministro, las causas del escaso desarrollo son la poca capacidad tecnológica; la falta de apertura el exterior, con tasas de comercio exterior sobre PIB de un 1%, muy inferiores a la media de la CE, y la falta de capacidad financiera.