La inversión creció cuatro puntos menos en 1991 y el desempleo se estanco en el 16,2%
La inversión y el empleo han sido los principales perjudicados del escaso crecimiento económico de 1991. La inversión ha crecido cuatro puntos menos que el año anterior, y ese crecimiento habría sido negativo de no ser por la pujanza de la construcción. El crecimiento del empleo ha sido insignificante, y la tasa de desempleo ha quedado estancada en el 16,2%. La previsión de crecimiento se ha rebajado desde el 3,3% presupuestado hasta un 3,1%.
Dos son los motivos que han llevado al escaso crecimiento económico del último año, según aseguró ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, en conferencia de prensa. El primero es que "España no se ha visto ajena a la evolución cíclica de los países occidentales, que en algunos, como EE UU o Reino Unido, ha terminado en recesión".Entre ambos han rebajado el ritmo de crecimiento de la economía española desde el 3,6% de 1990 hasta un 2,5%, es decir, cuatro décimas por debajo de lo que el propio Gobierno había presupuestado. Esta "desaceleración" ha afectado principalmente a la inversión y, dentro de ésta, a la de bienes de equipo, que ha tenido un crecimiento negativo en 1991. La inversión en construcción, mientras, ha aumentado a una tasa media del 6%. Pero mientras las empresas recortaban la inversión en bienes de equipo, veían reducidos sus beneficios y ajustaban sus plantillas, el consumo del sector público siguió creciendo al 4%, sólo dos décimas menos que el año anterior y claramente por encima de la economía.
Carlos Solchaga defendió el lado positivo de la evolución de la economía española. Comparó el 2,5% de crecimiento económico en España con el 1,4% que, en media, han tenido los países de la Comunidad Europea, porque permite "una ganancia de un punto en la convergencia real con Europa".
En el lado opuesto, ese crecimiento económico no ha permitido mejorar el mercado de trabajo. La evolución del empleo ha sido, según Solchaga, "insatisfactoria". El ministro reiteró que esta "insatisfactoria" evolución es el resultado de salarios superiores a lo "conveniente". Para 1992 recomendó un crecimiento salarial del 6% y dijo que con esa tasa el empleo puede crecer un 1,4%.
La información sobre el balance económico del ejercicio 1991 y las previsiones para el año 1992 ha sido elaborada por Belén Cebrián, Concha Martín y Pilar Marcos.
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