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Entrevista:

"Si el pueblo quiere partidos, los tendrá"

Uganda, tras casi 20 años de dictaduras y dos guerras civiles, ha entrado en la estabilidad. Su presidente, Yoweri Museveni, de 47 años, anuncia elecciones democráticas para 1995. Mientras, la tarea primordial es la reconstrucción de una sociedad herida por la pobreza y el sida. "Si el pueblo quiere partidos, los tendrá", asegura.

El presidente de Uganda y máximo dirigente del Movimiento de Resistencia Nacional (MRN) recibió recientemente a dos periodistas de EL PAÍS en su austero despacho de Entebbe, en los alrededores de Kampala, donde, como en todo el país, también se va la luz con frecuencia.Pregunta. Usted es presidente desde que, en 1986, ganó la guerra contra Milton Obote, quien, A su vez, había derrocado a Idi Amín. ¿Por qué anuncia elecciones democráticas para 1995 y no antes?

Respuesta. Porque primero tenemos que dotarnos de instrumentos. Por ejemplo, hay que forjar un ejército nacional, regular y rehacer una policía desintegrada. También debemos construir carreteras para transportar las urnas. Para montar unas elecciones libres se necesita un mínimo de infraestructura.

P. Usted dijo: "En África, democracia no significa multipartidismo, porque el multipartidismo causa división". ¿Cree ahora en el multipartidismo?

R. No, no he cambiado de opinión. En África hay tribus, y cada tribu tiene su partido. No estoy contra el multipartidismo, pero creo que aplicado en sociedades preindustriales es muy peligroso. Cuando una sociedad industrial crea partidos, a partir del bienestar, yo apoyo el multipartidismo. Pero no aquí y ahora.

P. ¿Democracia no equivale a multipartidismo?

R. Identificarlos es un argumento falso. En las sociedades donde los partidos van a ser sectarios, ¿para qué insistir en ellos? Se puede tener democracia y elecciones sin partidos.

P. Entonces, ¿no va a convertir su Movimiento de Resistencia Nacional en un partido?

R. No seré yo quien decida eso. Si el pueblo dice que quiere partidos, los tendrá. Aquí, como en casi toda África, tuvimos multipartidismo al alcanzar la independencia, en los años sesenta. Pero falló: desembocó en dictaduras militares que también fracasaron.

P. ¿Será candidato en 1995?

R. Depende. Tengo que pensarlo.

P. ¿Le desanima que tras ganar la guerra la paz no sea total? Quedan rebeldes en el Norte.

R. No. En Uganda hay un gran conflicto fundamental: modernización contra atraso. Los grupos que combaten, igual que figuras como Idi Amín, forman parte de la historia colonial. Aquel sistema ponia a los elementos más incultos en las Fuerzas Armadas y también en el aparato del Estado. Esa gente fue derrotada, pero no ha desaparecido por completo. A veces contraataca, y es lo que sucede en el Norte.

P. Paz y desarrollo son sus objetivos. ¿Va a reducir el gasto militar [estimado en el 60% del presupuesto nacional]?

R. Sí, el Ejército es un poco demasiado grande. A medida que los problemas se reduzcan, reduciremos el Ejército.

El sida, grave problema

P. El Ejército, como el resto de la sociedad ugandesa, tiene un problema en común, el sida. ¿Cuál es la situación real?

R. El sida es un gran problema, pero no mayor que otros que África ha afrontado en el pasado, como la esclavitud.

P. Pero ustedes están hablando mucho más claramente que otros países africanos.

R. Dada la ignorancia, es lo único correcto que se puede hacer. Al contrario que otras enfermedades, el sida no tiene cura ni tratamiento; se puede prevenir, pero no curar.

P. Usted ya no defiende el uso del condón, sino el cambio de costumbres sexuales. ¿Le ha presionado la Iglesia?

R. No, por favor. El condón no está prohibido, pero tampoco hacemos campaña en su favor. El problema es la ignorancia de la población. El 90% de los ugandeses no sabe leer ni escribir. Si les dices que usen el condón, no saben seguir las instrucciones de uso correcto. Para la mayoría sólo puede introducir un elemento de falsa seguridad y ser un peligro. Por eso insistimos en el cambio de comportamiento.

P. Parece una tarea de gigantes.

R. Todo el mundo sabe que la gente se está muriendo. Y la gente está cambiando. Ello significa que el mal comportamiento disminuye. Creo que no hay gente nueva que coja el sida, al menos no mucha. La mayor parte de los infectados datan de antes de que el conocimiento del problema se extendiera.

P. Una generación entera va a morir en este país. Eso es algo que corta el aliento.

R. Lo es, ¿pero qué puede hacerse? No es cuestión de si hay gente que muere o no. Es cuestión de si muere menos gente o muere más.

P. Las organizaciones internacionales afirman que el respeto a los derechos humanos ha mejorado en Uganda. ¿Piensa usted liberar a los presos políticos y a los lodgers (retenidos tras la guerra) antes de las elecciones?

R. No creo que pueda hablarse de presos políticos, no los tenemos; hay condenados por los tribunales. En cuanto a los lodgers, creo que ya no existen: nunca fueron presos políticos, sino gente detenida en áreas conflictivas y contra las que había una hostilidad en la zona que aconsejaba internarles para evitar venganzas.

P. ¿Va a perdonar la condena a muerte del profesor Ojok [ex ministro de Obote acusado de conspirar con la jefa del grupo rebelde del Espíritu Santo, Alice Lakwena] para derrocar al MRN?

R. Puede recurrir ante el Trlbunal Supremo, y éste puede recomendar el perdón al presidente de Uganda. Cruzaré el puente cuando estemos alli.

P. ¿Hará lo mismo con el ex ministro de Asuntos Exteriores Daniel Omara y otros 17 acusados de apoyar a los rebeldes del Norte?

R. De nuevo lo del puente o, como dicen ustedes, lo de la piel del oso, venderla una vez cazado.

P. El Banco Mundial continúa apoyando a Uganda. ¿A un precio muy alto?

R. El Banco Mundial tiene objetivos limitados, que no están en conflicto con los nuestros. Su mayor interés es integrar la economía del mundo. Pero su único error de base es querer integrar a países que están industrializados con otros que producen materias primas y tienen que enviarlas a los primeros. Ése es el único problema.

Futuro de África

P. En el nuevo orden internacional, África sigue pobre y olvidada. ¿Usted, que ha sido presidente de la Organización para la Unidad Africana, ve alguna solución?R. Bueno, acaso no sea tan malo que ahora África esté un poquitín olvidada... Así podemos despertar y tratar de poner en común nuestros recursos, que son muchos. El escollo mayor ha sido la desunión entre las distintas tribus, forzada por los europeos. En cualquier caso, habría que detener el proceso de explotar desde fuera nuestras materias primas y el hundimiento constante de los precios. También habría que concentrarse en otros modelos distintos de desarrollo, como el sector turístico: ¿por qué España no invierte en turismo aquí? Hay muchas facilidades. Tenemos muchas materias primas, pero necesitamos gente que las transforme y comercialice.

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