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Bush pide un esfuerzo mundial para estabilizar la CEI

Antonio Caño

Operación Proveer Esperanza. Éste es el nombre que llevaría la misión internacional de ayuda a la antigua Unión Soviética si en lugar de una misión de paz fuese una de guerra, dijo ayer el secretario de Estado norteamericano, James Baker, al inaugurar la conferencia para coordinar la asistencia a los nuevos países independientes, surgidos de la desintegración de la Unión Soviética. Antes de él, el presidente George Bush advirtió que sin un esfuerzo conjunto de la comunidad mundial no se podrá garantizar la estabilidad "en este momento culminante de la historia moderna". Desde Moscú, Borís Yeltsin, presidente ruso, envió un mensaje a Washington en el que asegura que Rusia está "abierta" a las iniciativas extranjeras.

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Esta compleja conferencia en la que está representado medio mundo -"desde el Vaticano hasta la OTAN", dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez- arrancó en un ambiente de confusión y escepticismo. El propio país convocante, Estados Unidos, no parece tener muy claro si se trata de un gran esfuerzo para abordar todos los problemas que afectan a los nuevos países o se trata sólo de un mensaje universal de solidaridad.Lo que Bush quiso dejar claro en su discurso es que no quiere que las discrepancias entre Europa y Estados Unidos arruinen la colaboración. "Trabajemos constructivamente en un espíritu de compañerismo, evitando estériles discusiones sobre quién debe dirigir nuestra respuesta en este reto histórico", dijo el presidente norteamericano.

La verdad es que en la víspera de la reunión, europeos y norteamericanos entraron en una sorda competencia sobre quién ayuda más. Estados Unidos ha aportado hasta ahora 4.000 millones de dólares (unos 400.000 millones de pesetas) en esta misión de asistencia -a los que hay que añadir otros 650 millones de dólares según anunció ayer mismo el presidente Bush-, mientras que la Comunidad Europea (CE), según las cifras oficiales distribuidas por el Ministerio español de Asuntos Exteriores, no llega a los 3.500 millones.

Jeffrey Sachs, un economista de Harvard que actualmente es el principal cerebro del programa de reforma económica de Rusia opina que "ninguno de los Gobiernos occidentales ha ofrecido todavía un buen plan de acción ni es probable que salga de esta conferencia".

En los debates de ayer, Estados Unidos se opuso a considerar una propuesta de Rusia -que no está presente en la conferencia- para que sea creado un fondo de 7.000 millones de dólares (700.000 millones de pesetas) para ayudar a ese país a hacer frente a sus necesidades más urgentes. El tema fue trasladado al G-7.

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En una mesa a la que se sentaban 54 delegaciones, entre países y organizaciones internacionales, el presidente, flanqueado por los ministros de Exteriores de Alemania y Japón, explicó que se trata de enviar desde Washington un mensaje político a las nuevas naciones y de coordinar la ayuda que cada Gobierno esté decidido a entregar. "Ellos no pueden conseguirlo solos. Trabajemos juntos para darle una razón para la esperanza", dijo.

James Baker, sin embargo, fue más ambicioso en sus objetivos. "Necesitan nuestra ayuda", afirmó, "y la necesitan en todos los sectores. En el área nuclear, por ejemplo, Estados Unidos y otros están trabajando duro para prevenir la proliferación de las armas nucleares".

[Borís Yeltsin, presidente de Rusia, remitió ayer un mensaje a los participantes en la conferencia en el que asegura que Rusia está "abierta" a las iniciativas extranjeras. Rusia. adoptará "garantías legales" para las inversiones extranjeras y la repatriación de beneficios, informa France Presse desde Washington.]

Baker trató de desmentir que esta conferencia sea únicamente un acto para la galería e insistió en su carácter de compromiso a largo plazo. Los europeos están de acuerdo en los objetivos, pero desconfían de que esta conferencia sea el medio idóneo para conseguirlos.

[El ministro de Exteriores portugués, Juan de Dios Pinheiro, presidente de turno de la CE, anunció ayer en Washington que su país organizará la segunda ronda de la conferencia de ayuda a la CEI, aunque no precisó la fecha, informa Efe.]

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