Ucrania no sabe qué hacer con su independencia
"Ya tenemos la independencia, pero el Consejo de Ministros y el Parlamento no saben muy bien qué hacer con ella". Esta frase de un alto funcionario de la Administración de Ucrania define con bastante exactitud la situación por la que atraviesa este nuevo Estado, con una población (51,7 millones de habitantes) y una superficie (603.700 kilómetros cuadrados) comparables a las de Francia. Desde que el Parlamento proclamó la independencia el 24 de agosto pasado -y sobre todo desde el referéndum del 1 de diciembre-, las autoridades ucranias han centrado sus esfuerzos en recuperar o crear las señas de identidad nacionales: bandera, idioma, ejército.
Las autoridades ucranias han llegado a un precario acuerdo con el gran vecino ruso, que, aunque sea poniendo pegas, les ha permitido consolidar su soberanía después de liquidar la URSS. Pero lo que apenas han abordado esos mismos gobernantes es lo más necesario para un país en bancarrota: la reforma económica.La frase fatídica de 1a independencia aún no nos ha aportado nada. positivo" no sólo se puede escuchar en la calle -entre la gente que sigue padeciendo colas, escasez de alimentos y carencia total de gasolina-, sino también en círculos nacionalistas que han luchado por esa misma independencia. Casi dos meses después del referéndum y tras la subida de los precios a primeros de mes, el problema económico se ha situado ya de manera rotunda en el primer plano. Y la necesidad de abordarlo de manera inmediata y, a ser posible, eficaz ha puesto de manifiesto la debilidad de la estructura política heredada de la vieja URSS.
"Mi opinión personal es que el actual Consejo de Ministros habrá sido destituido antes de que finalice el mes de febrero", afirma Alexandr Barabash, un diputado que forma parte del grupo de jóvenes que, provenientes de las filas de la oposición, se ha convertido en uno de los soportes más sólidos que tiene el presidente Leónid Kravchuk para abordar decididamente la reforma económica. Ese grupo expresó el pasado día 4 su opinión de que el Gobierno estaba totalmente superado por los acontecimientos, y la semana pasada "el presidente Kravchuk se mostró de acuerdo con nosotros al decir que el 70% del actual Consejo de Ministros carece de profesionalidad".
Viejos políticos
Alexander Kolinko, miembro de la secretaría del Parlamento ucranio, precisa que el presidente no sólo se refirió a los miembros del Gobierno, sino también a los del Parlamento. Opina que, al hablar de falta de profesionalidad, el presidente quería referirse "a la falta de preparación técnica" sobre los temas de su competencia, pero también "a su incapacidad para tomar decisiones, porque son políticos que provienen de un sistema en el que debían limitarse a ser obedientes, sin mostrar nunca iniciativa".Todos esperan ahora las propuestas de Kravchuk de reforma constitucional, que deben reorganizar la actual Administración para hacerla más capaz de abordar los problemas. Barabash adelanta que esa reforma introducirá un reforzamiento del papel de la presidencia y del poder ejecutivo en dos vertientes: frente al poder legislativo, al introducir, entre otras, la prerrogativa de disolver el Parlamento, y frente a los poderes regionales, que verán disminuida su capacidad de maniobra al reforzarse el centralismo.
Concentrar el poder en el centro es algo en lo que están de acuerdo los sectores ex comunistas que han constituido el apoyo tradicional de Kravchuk y los sectores más nacionalistas, que quieren concentrar el poder en Kiev para evitar que Rusia pueda maniobrar en aquellas regiones en que viven un gran número de ciudadanos de origen ruso. Una minoría de diputados se opone por considerar que esa estructura está concebida más para reforzar el Estado que para actuar adecuadamente sobre la realidad, y puede conducir al país hacia una nueva forma de autoritarismo. Uno de esos diputados es Vladímir Griniov, vicepresidente del Parlamento.
Griniov apuesta por una estructura federal, porque es 1a mejor forma de resolver los problemas nacionales". El vicepresidente subraya que Ucrania es muy diversa: el Este, con capital en Lvov -formó parte de Polonia hasta 1940 es donde el idioma ucranio tiene mayor arraigo y ha sido la abanderada de la lucha por la independencia; en el Oeste, donde se concentran la siderurgia y las minas de carbón, el porcentaje de rusos es muy alto, y el movimiento obrero, potente; en Crimea, al Sur, los rusos son mayoría y algunos sectores locales apuestan por separarse de Ucrania. En el conjunto del nuevo Estado, los rusos alcanzan el 22%, frente al 72,6% de ucranios. El 5% restante pertenece a diversas minorías, entre las que destacan la judía, la bielorrusa, la moldava, la búlgara y la polaca.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.