La ascensión de Kemp a los telares'
Onnagata
Creación, interpretación, escenografía, vestuario y dirección: Lindsay Kemp. Actores: Phifip Catto, Christiaff Flint, Douglas Tantallon, Corrado Venti. Música: Joji Hirota, interpretada por él y por Simon Wallace. Coreografia: Zoltan linre. Teatro Albéniz, de la Comunidad de Madrid, 15 de enero.
La idea de ver a Lindsay Kenip ascender a los cielos, entre músicas adecuadas y chorros de humo, en forma de Virgen María, parece muy interesante para sus muchos seguidores y onnagatas de entre el público. Personalmente, me fascina poco ese espectáculo. Onnagata es el actor japonés especializado en papeles femeninos, que estuvieron prohibidos; en la Inglajerra isabelina pasé lo mismo, sólo que se improvisaba más, mientras que en el Japón esta especialidad se convertía en una escuela que trabaja desde hace siglos.El onnagata no tiene por qué comprometer su sexualidad personal en el papel: los hay especializados en dragones y no por eso echan humo por la nariz cuando están en su casa. Lindsay Kenip quizá sea un caso distinto: ha hecho siempre papeles femeninos y, en algunos casos, ambiguos, por una vocación irresistible y con una capacidad artística muy considerable. Ahora utiliza el onnagata como punto de partida: luego deriva hacia otras cosas y, sobre todo, a su mímica, a su trabajo de cuerpo, manos y pies.
Pueden aparecer, mezcladas, otras culturas: unos compases de Las Leandras, trozos de la ópera Salomé (y la cabeza, cortada), un tango de Piazzola, alguna saeta, fragmentos de Isadora Duncan o de Eurídice. Parece que hay un intento de resumen de su autobiografía escénica.
Es, sobre todo, un espectáculo dedicado a sí mismo, desde que aparece volando por los aires en un escenario lleno de humo (supuesto incienso) hasta otras varias ascensiones a los telares. Sobre sí mismo arroja Lindsay Kemp todo lo hermoso? pétalos, insectillos dorados, pajaritos, suave nieve; en torno a él, luces, espejos reflectantes, colores. Máscaras, trajes valientes. En su torno, mares agitados, náufragos, tormentas de todas clases, humos de distintos olores. Se enfrenta con todo con su sonrisa rasgada por el maquillaje y su nariz impertinente: una sonrisa trágica. El trabajo es valioso y se le compensa con las salvas de aplausos. Tantos como antes, cuando hacía un teatro más completo, más trabajado, más. elaborado, y reconstruía algunos mitos literarios. Cuando apareció por primera vez fue un prodigio de teatro abierto, nuevo, audaz. Ahora es un viejo amigo.
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