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Griñan afirma que es contrario a "limitar o poner precio a las prestaciones sanitarias"

José Antonio Griñán, ministro de Sanidad y Consumo tras la dimisión de Julián Garciá Valverde, se mostró contrario ayer, en su toma de posesión, a limitar o poner precio a las prestaciones sanitarias de la Seguridad Social", rechazando así las críticas de Izquierda Unida y sindicatos que le señalan como defensor de las privatizaciones. El nuevo ministro calificó su futura actuación de continuista, pero dejó traslucir al tiempo cambios con respecto a su antecesor, abogando por una mayor coordinación con las autonomías y un pacto nacional que resuelva los problemas de financiación.

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José Antonio Griñán entró al abarrotado salón de actos donde tomó posesión de su cargo arropado por cuatro compañeros de Gabinete -Rosa Conde, Pedro Solbes, Manuel Eguiagaray y Julián García Vargas- y llevando del brazo al ministro saliente, Julián García Valverde. El acto se celebró a última hora de la mañana, tras esperar que concluye se la comparecencia de García Valverde ante la comisión que investiga el caso Renfe. En su intervención, Griñán dejó claros sus objetivos. "En primer lugar mejorar la equidad y eficacia del sistema para que no haya diferencias sanitarias por razones económicas", afirmó, trasluciendo el contacto directo que como consejero de Salud de Andalucía ha tenido con las enfermedades de la pobreza que subsisten en esa autonomía.Con respecto al tono que puede tomar bajo su mandato la re forma sanitaria planteada por el Ejecutivo, Griñán afirmó que "la financiación debe ser universal, pública y gratuita".

Críticas

Su actuación en ese mismo sentido durante el tiempo que ha permanecido como responsable de la sanidad andaluza le ha proporcionado, horas antes de su llegada al ministerio, las primeras críticas de organizaciones profesionales y sindicatos, que le consideran un firme defensor del informe Abril y sus medidas privatizadoras. Para despejar estas dudas, Griñán afirmó tajante: "No estoy de acuerdo con el ticket moderador [pago directo por parte del ciudadado de una parte de la asistencia], y no creo que se deban limitar las prestaciones: sólo hay que ordenarlas".

Previamente, el ministro de Sanidad había manifestado con respecto a esas críticas: "Tengo por costumbre ser intérprete de mis propias palabras. Creo que el informe Abril da 64 respuestas a una serie de cuestiones sobre la sanidad. Yo puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con algunas de esas recomendaciones, lo que no me impide pensar que las preguntas, tal como están formuladas, son todas válidas".

En similares términos se manifestó Felipe González, tras prometer el nuevo ministro su cargo en el palacio de la Zarzuela. Al preguntarle sobre las razones que le han llevado a poner en Sanidad a un hombre que valora favorablemente el informe Abril afirmó "que sea un hombre del que se dice que respeta el trabajo de la comisión Abril, debo decir que yo lo respeto también", informa Europa Press.

"Por un principio básico", agregó, "hemos encargado una comisión independiente que estudie el problema de la sanidad. Lo han hecho de buena fe, y creo que con un esfuerzo de rigor. Lo menos que se puede hacer -y yo hago más que lo menos- es dar las gracias por ese esfuerzo y tomar en consideración que el esfuerzo es serio. No porque se coincida absolutamente con todas las respuestas, pero con muchas de ellas sí".

La situación de las comunidades autónomas es uno de los puntos sobre los que piensa incidir especialmente Griñán. El ministro consideró necesario, como paso previo a potenciar nuevas transferencias, "conseguir un pacto con las comunidades autónomas por la sanidad". "No hay que olvidar", afirmó, "que el ministerio administra una gestora de la sanidad -el Insalud- que es competencia con otras gestoras (Cataluña, País Vasco, Valencia, Navarra, Galicia y Andalucía)".

La necesidad de coordinación también fue reclamada por Griñán para el Plan de Salud Pública que elabora Sanidad. "Tiene que coincidir, como es lógico", dijo, "con los planes regionales de las autonomías". No obstante, el terreno más arduo para la consecución de ese pacto nacional estará en la financiación.

Por otro lado, los sindicatos UGT, Comisiones Obreras, CSIF y SATSE hicieron público un comunicado ayer en el que emplazan al nuevo ministro de Sanidad a convocarles antes de mañana a negociar sobre retribuciones y condiciones de trabajo de los sanitarios. En caso de no recibir dicha convocatoria, las centrales anuncian que mantendrán la convocatoria de huelga para el 30 de enero. Mientras, la portavoz de sanidad de IU en el Congreso, Ángeles Maestro, aseguró ayer que el nombramiento de Griñán "no es una buena noticia", ya que tras su designación puede verse "la larga mano de la sanidad privada".

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