España, quinto centenario
Comparto con el editorialista del martes 31 de diciembre la conciencia del reto y la oportunidad que para España supone 1992. Barcelona, Madrid y Sevilla obligan a todos, ciudadanos y poderes públicos, a colaborar para que los compromisos internacionales asumidos se cumplan con dignidad y para que el saldo real sea positivo, permaneciendo más allá del lucro de los feriantes y del ingenuo culto a las apariencias, tan arraigado en nuestros hábitos morales.Llama la atención, sin embargo, que al cumplirse el 2 de enero el quinto centenario de la caída del reino nazarí de Granada, hecho determinante de la integridad territorial de la monarquía española, el silencio oficial es casi unánime. Sólo una festividad, de dimensión local y autonómica, en la ciudad que atesora la Alhambra ("nunca debió conquistarse Granada", gritaba lastimeramente el gran Dicenta en Las cítaras colgadas de los árboles, de Antonio Gala), lo ha recordado.
La réplica a este vacío de información la ha dado el diario francés Le Monde con un espléndido análisis de Bernard Vincent (domingo 29 lunes 30 de diciembre, página 2).
La virtud de la tolerancia, primera en todo código de conducta democrática, debe practicarse también con el pasado ineludible, no para enmascararlo, sino para reconocerlo. Porque sólo la historia, la verdad histórica, por dificil que sea, buscada con rigor y asumida en libertad, críticamente, es el único fundamento de nuestra identidad social y la pauta de legitimidad de todo progreso político.
El miedo a caer en la fanfarria patriotera o, lo que es peor, a herir sensibilidades de nacionalismos emergentes ha ocultado, incluso en discursos recientes de las más altas instancias del Estado, un jalón histórico de esta magnitud.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.