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CONVULSIÓN EN LAS RUINAS DE LA U.R.S.S.

Sháposhnikov intenta que el desmantelamiento del Ejército Rojo sea ordenado

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), mariscal Yevgueni Sháposhnikov, trata de que el ya inevitable desmantelamiento del Ejército Rojo sea al menos ordenado. Durante las últimas horas, ante los movimientos de Ucrania para acelerar la creación de sus Fuerzas Armadas, el mariscal está moviendo todos los resortes a su alcance para tratar de que al menos una parte de la flota del mar Negro quede integrada en la CEI, a lo que se opone Ucrania, que pretende apoderarse de ella en su totalidad.

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A pesar de que buena parte de las dotaciones navales estaría dispuesta a jurar lealtad a las autoridades ucranias, Sháposhnikov logré que el jefe de esa flota no acudiera ayer a una reunión con el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, en que éste debatió el tema del juramento con los jefes militares destinados en la república. De momento, el mando de la flota sigue fiel a la CEI.El mariscal Sháposhnikov parece dispuesto a evitar tensiones dramáticas en las tropas bajo su mando y en el telegrama que el jueves por la noche envió a las unidades sobre el tipo de juramento que debe hacerse en los momentos actuales establece que los uniformados han de prometer cumplir las órdenes del mando militar de la república independiente en que están destinados y al mismo tiempo jurar lealtad al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, que es él mismo.

El mando de la CEI pretende que el juramento de los miembros de la flota del mar Negro se haga entre el 10 y el 12 de enero, según fuentes militares consultadas en Moscú. Con ello se ganan unos días de oro para negociar.

La agencia Interfax difundió

ayer un desmentido a la informa ción que distribuyó el viernes (publicada ayer en EL PAÍS) de que el 90% de los militares desti nados en la flota del mar Negro habían aceptado someterse al ju ramento exclusivo exigido por las autoridades ucranias. Interfax citó ayer fuentes oficiales de la flota que precisaron que el te legrama de Sháposhnikov orde nando el doble juramento aún no había podido ser estudiado por las dotaciones y que, por lo tanto, "no puede hablarse aún de cifras".

El problema planteado por Ucrania, que de manera inflexible está dispuesta a crear un Ejército propio de inmediato, se ha agravado después de que las autoridades de Kiev ordenaran el 2 de enero que todas las fuerzas destinadas en su territorio o en la flota del mar Negro debían jurar lealtad exclusiva a Ucrania.

Ese mismo día por la noche, Sháposhnikov envió a las unidades el citado telegrama con la orden de doble juramento. Además, el mariscal se reunió durante la mañana de ayer con el comandante en jefe interino de la Flota de la CEI, Iván Kapitánets, para fijar las directrices a seguir. Uña de ellas fue ordenar al almirante Igor Kastónov, jefe de la flota del mar Negro, que no acudiera a la convocatoria que hizo ayer Kravchuk a los jefes militares destinados en Ucrania, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la República.

Espacio estratégico

Los jefes militares de la CEI están de acuerdo en ceder a Ucrania parte de la flota del mar Negro, pero no aceptan que toda ella se desgaje. En su opinión, esa gran unidad está destinada a defender el espacio militar estratégico de la CEI, por lo que debe fundamentalmente seguir unida, aunque puedan separarse algunos buques.

Los dirigentes ucranios, por el contrario, dan a la palabra estratégico un sentido distinto: centran el concepto exclusivamente en las fuerzas que están dotadas de armas estratégicas nucleares.

La flota del mar Negro no es una unidad menor. La componen más de 120 buques, 24 de ellos de gran calado, según fuentes del Pentágono norteamericano. Supone una sexta parte del total de la flota soviética.

El propio mariscal Sháppshnikov declaró ayer en una entrevista concedida a Interfax que el vicecomandante jefe de las FF AA de la CEI, general Piankov, se encuentra en Ucrania desde el día 2 al frente de una delegación que negocia "el proceso de traspaso a esa república de las Fuerzas Armadas convencionales".

En la misma entrevista, Sháposhnikov reconoció que sólo cinco Estados (en vez de los ocho que antes de la cumbre de Minsk estaban de acuerdo) apoyan la idea de unas Fuerzas Armadas unificadas de la CEI: Rusia, Kazajstán, Armenia, Tayikistán y Kirguizia. Todos los demás pretenden crear sus propios Ejércitos, aunque la mayoría sin las prisas que está mostrando Ucrania.

El mariscal explicó que en estos momentos sólo dos de los tres maletines con los códigos secretos que permiten desencadenar un ataque nuclear tienen destinatario: el que posee el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y el que custodia el propio Sháposhnikov.

Sháposhnikov, según se acordó el lunes pasado en Minsk, visitará en dos meses todas las repúblicas que pretenden crear Ejércitos propios para que una próxima reunión de jefes de Estado de la CEI decida, basándose en su informe, cómo se desmantela el ex Ejército Rojo.

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