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Miles de personas exigen en Santiago una solución a la crisis industrial que padece Galicia

Xosé Hermida

Las movilizaciones contra el desmantelamiento industrial en la cornisa cantábrica se trasladaron ayer a Galicia, donde miles de personas -más de 40.000 según los organizadores- se manifestaron para reclamar actuaciones urgentes de los Gobiernos central y autónomo. Los sindicatos mayoritarios, organizaciones de agricultores y marineros, y dirigentes de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, excepto el Partido Popular, denunciaron la destrucción de 40.000 puestos de trabajo en la comunidad autónoma durante los últimos siete años.

Los líderes sindicales advirtieron que la manifestación de ayer fue solamente "el punto de partida" de un conjunto de movilizaciones que podrían culminar en la convocatoria de una huelga general.Dos días después de la masiva protesta que reunió en Bilbao a los líderes de UGT y CC OO, otra multitudinaria manifestación recorrió ayer las calles de Santiago de Compostela para exigir medidas contra la crisis industrial que padece el norte de España. La convocatoria estaba apoyada por todos los sindicatos y partidos políticos de Galicia, aunque el PP que gobierna la comunidad autónoma, se abstuvo de participar en la marcha. El PSOE envió una discreta delegación, en la que destacaban el alcalde de Ferrol, Manuel Couce, y el ex consejero de Trabajo de la Xunta, Miguel Martínez Losada.

La manifestación ofreció un repertorio de los agravios que las centrales sindicales gallegas reprochan al Gobierno. Trabajadores de empresas en crisis, labradores afectados por las cuotas lácteas de la Comunidad Europea, pescadores sin trabajo por la reconversión de la flota y grupos de estudiantes descontentos con el recorte de los presupuestos universitarios se unieron bajo la consigna "todos por Galicia".

La larga lista de reproches figuraba en el manifiesto leído en la plaza del Obradoiro, junto a la sede de la presidencia de la Xunta, por el escritor Manuel Rivas, quien se refirió a las reivindicaciones sindicales como "un puñado de verdades". Las centrales afirman que desde 1984 se han perdido en Galicia 40.000 puestos de trabajo y a 30 de junio de este año había presentados 520 expedientes de regulación de empleo que afectan a unos 10.000 trabajadores.

El manifiesto denuncia también la grave crisis de la agricultura y la ganadería, de las que obtienen sus ingresos alrededor del 40% de los gallegos. Como ejemplo, los sindicatos aseguran que el capital. francés ha logrado hacerse ya con el 75% del sector lácteo de la comunidad autónoma.

Los dirigentes de la central nacionalista Converxencia Intersindical Galega (CIG) insistieron en su pretensión de culminar las niovilizaciones con una huelga general. Más prudentes, los representantes de UGT y CC OO dijeron que el recurso a la huelga dependerá de la respuesta del Gobierno a sus demandas, aunque advirtieron que las medidas reindustrializadoras tienen que ser inmediatas y las movilizaciones van a continuar durante las próximas semanas.

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que ayer se encontraba en Lisboa, también cree que Galicia se encuentra en una "situación de emergencia", según explica en una carta que envió hace unos días a Felipe González.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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