La CE sancionará a los países que superen el límite de déficit público

F. M., Los ministros de Economía y Finanzas de la CE reafirmaron ayer en Bruselas el compromiso alcanzado el pasado 21 de septiembre de aplicar con "flexibilidad política" los criterios para acceder a la tercera fase de la unión económica y monetaria. La condición básica es que el déficit público no puede superar el 3% ni la deuda pública acumulada el 60% del PIB. A quienes incumplan estos requisitos se les aplicarán sanciones disuasorias.

El consenso sobre las condiciones de acceso a la tercera fase de la unión monetaria suponen un avance sólido para un acuerdo en la cumbre de Maastricht. Los próximos 1 y 2 de diciembre los Doce deben resolver todavía puntos clave como la cláusula de exclusión británica de la moneda única, el papel del Instituto Monetario Europeo durante la segunda fase preparatoria y el número mínimo de países (siete u ocho) necesario para poder comenzar la tercera fase definitiva.

Sobre el catálogo de sanciones a imponer a aquellos países que superen los límites establecidos de déficit, existe una mayoría a favor de cuatro de las medidas restrictivas contempladas en el proyecto de tratado elaborado por Holanda. Se trata de, en primer lugar, obligar al país con déficit excesivo a informar a los mercados de su situación antes de cualquier emisión de bonos. El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CE puede solicitar al Banco Europeo de Inversiones que deje de concederle créditos y, además, imponerle "multas de cuantía apropiada". Por último, el estado infractor podría verse obligado a constituir un depósito no remunerado, lo cual significa una penalización de los intereses.

Suficientes para la mayoría

Estas cuatro medidas restrictivas parecen suficientes para la mayoría. España, Portugal, Irlanda y la propia Comisión Europea se opusieron tajantemente a la posibilidad prevista de suspender las entregas de fondos estructurales de la CE, lo cual obligó a la presidencia holandesa a retirar esta propuesta. La sugerencia belga de suspender el derecho de voto al país con déficit excesivo se enfrenta al criterio mayoritario de que eso sería ir demasiado lejos. El ministro holandés Wim Kok dejó un tanto abierto el debate con la posibilidad de añadir "otros mecanismos", pero no parece que esta propuesta pueda prosperar.

El límite del 3% de déficit y del 60% como máximo de deuda en circulación fue calificado de "excesivamente rígidos" por el Reino Unido, Portugal e Irlanda. Italia (con un 10,1 de déficit y un 103,3% de endeudamiento) no criticó la medida, condiciona da quizá por su plan de ajuste presentado a la Comunidad hace unos días. El ministro alemán, apoyado por el presidente de la Comisión, Jacques Delors, propició el acuerdo al insistir en que ya hay procedimientos de flexibilidad acordados y, llegado el caso, el Consejo de Ministros ha ría "una valoración política". Una fase recesiva de la economía o una necesidad de financiación extraordinaria podrían justificar excepciones. El ministro Carlos Solchaga, por su parte, calificó el texto de "globalmente satisfactorio", aunque precisó que "habrá que atenerse, sobre todo, al com ponente estructural del déficit".

La misma flexibilidad que al déficit podrá aplicarse a los diferenciales máximos de inflación y tipos de interés (1,5 y 2 puntos, respectivamente, sobre la media de los tres países mejores).

Sobre los campos en los que la Comisión debe limitarse a hacer sólo recomendaciones a los Doce (déficit excesivos, fijación de tipos de cambio del ECU frente al dólar y el yen, y supervisión multilateral de las economías) habrá finalmente acuerdo. En último caso, los Doce podrán obligar al Ejecutuvo de la CE a presentar una propuesta.