_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La visita a Guinea

EL PRESIDENTE del Gobierno español tiene previsto viajar hoy a Guinea Ecuatorial. ¿Estaba realmente obligado a hacerlo? Dada la situación de esa república, se habría entendido perfectamente un nuevo aplazamiento del viaje. No se aprecia en su presidente, Obiang, voluntad clara de eliminar la corrupción, democratizar su régimen y aceptar el pluralismo.La posición de España en relación con su antigua colonia es particularmente delicada: Madrid no puede aparecer como el padrino de uno de los tres o cuatro últimos dictadores del África subsahariana. Haría un flaco servicio a la causa de la libertad y al pueblo ecuatoguineano. Y si un nuevo aplazamiento resultaría difícil de entender para los ciudadanos que esperan de González un impulso al proceso de democratización, es de esperar del presidente español un severo gesto de pública reconvención a su anfitrión.

Teodoro Obiang ofreció el pasado domingo uno de los pasos clásicos de las dictaduras: la celebración de un referéndum de afirmación nacional que, a la vez, le exime de cualquier responsabilidad para siempre jamás'. Como si los excesos autoritarios, al reflejarse en una ley, dejaran de serlo y quedaran eternamente inmunes a la reforma. En el referéndum, masivamente aprobado por una población atemorizada o, en el mejor de los casos, indiferente, se consagra la figura histórica de Obiang como benefactor ("devolvió los derechos y libertades" e introdujo "el multipartidismo en el país") y artífice de la reforma democratizadora guineana. Sin embargo, el único servicio que el presidente prestó al país fue el de destronar a su tío, Macías Ngema, en 1989, para luego instalarse en el poder hasta la fecha. Su escaso respeto por los derechos y libertades públicas ha sido reiteradamente denunciado por Amnistía Internacional, por otras organizaciones humanitarias y hasta por la Embajada de España. Y su modelo de democracia y multipartidismo es notable por cuanto el único partido autorizado es el suyo propio. Los demás, el Partido Socialista, el del Progreso o el Demócrata Popular sobreviven en el exilio.

La receta de hacer aprobar una ley fundamental autojustificadora y combinarla con el incremento de la presión contra la oposición es malísima: la experiencia enseña que se trata de la antesala de una espiral de violencia a la que ningún dictador parece capaz de sustraerse. La preocupación le viene sustancial mente de tres procedencias: una Iglesia cada vez más beligerante y a la que Obiang ha acusado de ser poco africana, es decir, colonialista; por otra parte, una colonia en el exilio y en sus mismas puertas (refugiada mayoritariamente en Gabón) que es para el actual Ejecutivo guineano un serio riesgo de desestabilización, y, finalmente, una población en el interior que nunca ha estado más deprimida económicamente y que empieza a no tener nada que perder.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

A grandes rasgos, éste es el contexto en el que se desenvuelve quien va a ser visitado por el presidente González. La situación de Obiang es precaria. Debe convencérsele de que la solución de sus males no pasa por la obstinación en el error, sino por la corrección largamente requerida de su tiranía.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_