Los votantes dan un toque de advertencia a Bush
George Bush dice que ambos hechos no guardan relación, pero el caso es que el presidente norteamericano anunció la pasada madrugada la suspensión de su viaje a Asia y Australia, que debía iniciarse el día 27 o 28, poco después de que se conociera la estrepitosa derrota de su candidato, el ex fiscal general Richard Thornburgh en la disputa de un escaño al Senado por Pensilvania.
Era la primera vez en 30 años que un demócrata, Harris Wofford, se apuntaba un éxito de este calibre en el quinto Estado más poblado del país. Los analistas estiman que se trata de un toque de advertencia a Bush, y en que éste no debe olvidar que, pese a su condición de favorito y a los éxitos exteriores, no tiene garantizados otros cuatro años en la Casa Blanca.El portavoz presidencial, Marlin Fitzwater, citó "la incertidumbre sobre el calendario del Congreso" como motivo directo del aplazamiento del viaje a Asia. Sin embargo, la decisión parece motivada más bien por el giro en la atención pública desde los logros en política exterior a los problemas internos, así como al convencimiento de Bush de que es la situación económica, y no el nuevo orden mundial que propugna, el elemento esencial que define, ahora mismo, el debate sobre su reelección.
En una conferencia de prensa, celebrada poco antes de iniciar viaje hacia Roma, donde participará en la cumbre de la OTAN que se inicia hoy, Bush reconoció que estaba deprimido por la derrota de Thornburgh, pero aseguró que, en términos generales, su partido, el republicano, había salido con bien de la prueba consistente en varias elecciones parciales, y señaló que "es una locura" ligar la suspensión del viaje a Japón, Corea del Sur, Singapur y Australia a este resultado.
La campaña para la elección de uno de los dos senadores de Pensilvania, forzada por la muerte en accidente de aviación del anterior ocupante del escaño (el repúblicano John Heinz), se centró en la mala situación de la economía, y fue presentada por los demócratas como un ensayo de las presidenciales de noviembre de 1992.
Del cero al infinito
Thornburgh inició la batalla con 40 puntos de ventaja sobre Wofford, prácticamente un desconocido, y, una semana antes de abrirse las urnas, las encuestas reflejaban un equilibrio que, a la hora de la verdad, se tradujo en la victoria del candidato demócrata con más de 10 puntos de ventaja sobre el republicano.En conferencia de prensa, Bush señaló que está preocupado por el peligro de que un mayor déficit presupuestario pueda provocar una espiral inflacionista, reiteró que no tiene la intención de aumentar los impuestos y mostró su preocupación ppr la falta de confianza de los consumidores. Sin embargo, negó estar preocupado por el riesgo de profundización en la recesión.
En cuanto a los resultados electorales, y pese a reconocer la importancia dé la derrota republicana en Pensilvania, Bush afirmó que las victorias republicanas en la elección de un representante en Virginia y del goberñador de Misisipí eran indicativas del amplio apoyo con que aún cuenta. Thornburg abandonó su cargo como fiscal general precisamente para optar al escaño en el Senado.
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