Carlos Menem decreta una históríca liberalización de la economía argentina

El presidente Carlos Menem firmó de forma solemne y anunció, en un mensaje de 18 minutos al país, un decreto liberalizador de actividades económicas que estaban sometidas a controles y reglamentos durante las últimas décadas. El nuevo decreto de la llamada "desregularización", que deroga 17 leyes, permite negociaciones salariales por empresas, suprime aranceles profesionales, elimina las trabas para abrir farmacias y disuelve muchos organismos encargados de fijar precios y defender intereses de sectores productores.

"A partir de hoy rompemos la telaraña de un Estado prebendario, asfixiante y arbitrario, que trabó la vida productiva nacional con un conjunto de innecesarias regulaciones, dijo Menem en su discurso. Poco antes del final del mensaje, Meneni resumió el sentido del decreto: reformar el Estado, "sin regulaciones absurdas, sin trabas improductivas, sin papeleos, sin ponerle un chaleco de fuerza a la creatividad, a la inteligencia y la inciativa de cada uno de nosotros.De un golpe, un decretazo dicen algunos medios, Menem liquidó organismos burocráticos, intereses gremiales y acabó con vanas vacas sagradas de la economía argentina. "Vale todo" tituló en grandes caracteres el diario de izquierda Página 12. La frase es al mismo tiempo referencia a una célebre telenovela brasileña y resumen. del decretazo.

Fuertes críticas

El líder de la Unión Cívica Radical (UCR) en la Cámara de, Diputados, César Jaroslavsky, quien en días pasados había inicado una luna de miel con el Gobierno, abrió de nuevo la caja de los truenos y comparó el decreto con las medidas adoptadas por el general Juan Carlos Onganía, dictador de los años 60. Según Jaroslavsky, la libertad que otorga este decreto es la del zorro y no la de las gallinas.

El decreto supone un golpe para los sindicatos, porque permite que los convenios colectivos se negocien no sólo por ramas, sino también por oficios o en el ámbito de cada empresa Además, se crea un sistema único de seguridad social, que aca bará con las cotizaciones a las cajas de previsión social de los sindicatos. Estas dos medidas quitarán otra parcela de poder a los burócratas sindicales, porque atomizará las negociaciones salariales y les quitará el manejo di los recursos procedentes de las cajas de previsión.

Los comercios podrán abrir a las horas y días que quieran, se suprimen los aranceles profesionales y se prohibe el cobro centralizado de honorarios, que se podrán acordar con total libertad sin interferencias de colegios profesionales y organismos similares. Los farmaceúticos han perdido sus privilegios, porque se podrán abrir farmacias con total libertad y los supermercados podrán expedir medicamentos que no requieren receta médica.

Tras el decreto quedarán disueltos nueve organismos encargados de regular precios y defender intereses de productores de carnes, granos, madera, azúcar y hasta la yerba mate.