Principio de acuerdo entre Solchaga, Aranzadi y Benegas sobre la reconversión vasca

Los ministros de Economía e Industria, Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi, y el secretario general del PSE-PSOE, Ramón Jáuregui, se reunirán el próximo martes con el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el vicepresidente del Gobierno vasco, Jon Azúa, para abordar la crisis de la siderurgia vasca. Los ministros y Txiki Benegas, secretario de Organización del PSOE y presidente de los socialistas vascos, han llegado a un preacuerdo, según el cual se mantendrá la cabecera de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), el cierre de las plantas de Llodio y Rentería y la unión de Patricio Echevarría con Foarsa.

El Gobierno garantiza, asimismo, a la delegación vasca abordar el problema de la cornisa cantábrica, una vez que se celebren los fastos de 1992 a cambio de que "aguante el tirón". "No vamos a caer en el thatcherismo" aseguran fuentes próximas a los ministros socialistas.La reunión tiene rango de acontecimiento al ser la primera vez en casi tres anos que una delegación gubernamental de alto nivel se sienta en una mesa con una representación vasca para abordar problemas económicos y de infraestructura. Fue Txiki Benegas quien anunció la convocatoria definitiva de la reunión para el próximo día 5 a Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Congreso, con motivo de la recepción al presidente peruano, Alberto Fujimori. La presencia de Fujimori en España coincidió con la huelga general de Asturias en protesta por la reconversión de Hunosa y Ensidesa. Paralelamente, Xabier Arzalluz hizo una advertencia sobre la grave situación de la economía vasca.

Declive económico

En el Gobierno se sigue con preocupación la situación de la cornisa cantábrica, afectada por el declive económico y en puertas de una segunda reconversión industrial. Coincidiendo con el conflicto asturiano, se produjo en Baracaldo (Vizcaya) una manifestación encabezada por el secretario general de UGT, Nicolás Redondo.

El origen de la reunión del martes radica en el temor del Gobierno a que los ejecutivos autónomos de la cornisa cantábrica se sientan marginados ante el impulso dado por el Gobierno al eje mediterráneo y al sur, con acontecimientos emblemáticos como los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo sevillana. El conflicto asturiano, con repercusiones internas en el propio PSOE, ha encendido la luz roja en el Gobierno sobre la situación que atraviesa la cornisa cantábrica y ha empezado por afrontar otro punto caliente como es el País Vasco y los Altos Hornos de Vizcaya.

Asimismo, la recomposición del gobierno en el País Vasco el pasado septiembre, con la entrada del PSOE, ha facilitado el acercamiento entre Gobierno y nacionalistas vascos. La actitud del PNV en el debate sobre el pacto de competitividad también puso de parte de los nacionalistas vascos al ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.

En la reunión que el presidente del Gobierno, Felipe González, y el lehendakari Ardanza mantuvieron el pasado 3 de octubre, el presidente vasco ya adelantó su preocupación a González por la situación de la cornisa cantábrica y el declive industrial. Una muestra de ello es que el vicepresidente del Gobierno vasco, Jon Azúa, lleva aparejada la cartera de Industria.

Gobiernos dispares

Las posibilidades de que los cuatro ejecutivos autónomos de la región puedan alcanzar un acuerdo para presionar al Gobierno central no se contempla en el escenario próximo del Ejecutivo. La disparidad de los gobiernos y de los talantes personales de sus presidentes obstaculiza la existencia de un grupo de pres"ón unificado: Manuel Fraga, al frente de un Gobierno del Partido Popular (PP) en Galicia; Juan Hormaechea, del PP, en Cantabria; José Luis Rodríguez Vigil, del PSOE, en Asturias, y José Antonio Ardanza, del PNV, en el País Vasco.

Sin embargo, el lehendakari Ardanza ha manifestado en privado varias veces su intención de visitar a los presidentes de las demás comunidades del Cantábrico. Sus relaciones con Fraga son buenas y al Palacio de Ajuria Enea ha llegado el mensaje de que el presidente cántabro, Juan Hormaechea, le gustaría entrevistarse con Ardanza.