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El 93% de los estudios de impacto ambiental carece del visto bueno de la Administracion

La Administración no ha dado aún su visto bueno al 93% de los estudios de evaluación del impacto ambiental de las grandes obras presentados desde 1988, fecha en la que entró en vigor en España la directiva comunitaria que exige la realización de tales informes Dichos estudios, muy criticados por técnicos y grupos ecologistas, y la cada vez más íntima relación entre medio ambiente y obras públicas han sido algunos de los temas más debatidos en el II Congreso Nacional de Ingeniería Civil, clausurado ayer en Santander informa Jesús Delgado.

De los 321 proyectos de evaluación de impacto ambiental que han iniciado los trámites administrativos en estos tres años, el 63% se refiere a carreteras, el 16% a presas, el 14% a pequeñas explotaciones mineras, el 5% a puertos marítimos e instalaciones para almacenar residuos radiactivos y el 1% a centrales térmicas.Pero por el momento sólo 30 han recibido ya la luz verde ecológica del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, una vez que han cumplido una serie de condiciones para hacer compatible su desarrollo con el entorno. Ignacio Gamarra, de la Dirección General de Política Ambiental, ha justificado este número tan escaso por la duración de las obras y porque la última decisión es de contenido político, informa Efe.

Tanto los funcionarios como los expertos en medio ambiente y las asociaciones ecologistas coinciden en señalar la baja calidad de estos estudios en España y la falta de preparación y, experiencia técnica por parte de sus redactores y de los evaluadores de la Administración.

Cristina Álvarez, del departamento legal de Adena, subraya que "lo que está pasando en en España es lamentable. Se cumple con la formalidad, pero no con el espíritu de la directiva comunitaria, y se empiezan los estudios de impacto por la conclusiones. Además, apenas existe participación pública en el proceso". Cristina Álvarez reclama además organismos neutrales que revisen las evaluaciones de impacto, como ocurre en EEUU. Para el abogado ecologista José Manuel Marraco Espinós, tales estudios "son mejor que nada, pero en la realidad son como trajes a medida al gusto del cliente".

Opinión semejante mantiene Jordi Castañer, de la consultoría de ingeniería ambiental Epypsa, que afirma que estos informes "son muy pobres y un mero trámite, en los que se manipulan los datos para que salgan los resultados esperados". Castañer añade que "son las propias administraciones" las que exigen una evaluación favorable para sus proyectos de obras cuando encargan estos trabajos.

Calidad de vida

Por otra parte, los 500 profesionales reunidos en el congreso celebrado en Santander, cuya principal conclusión ha sido la de considerar la ingeniería civil como un instrumento esencial para la mejora de la calidad de vida, destacaron la necesidad de potenciar la formación medioambiental del ingeniero de Caminos.

Carmen de Andrés, directora de Política Tecnológica del Ministerio de Industria, afirmó que la demanda de la sociedad en cuestiones relacionadas con la ingeniería ambiental ha crecido durante los últimos años y dado lugar al desarrollo en España de las industrias medioambientales. "Hay ahora una cifra de negocio de alrededor de 60.000 millones de pesetas en este campo, pero deberemos en el futuro invertir un billón de pesetas para hacer cumplir las directivas comunitarias en las empresas que polucionan y en la creación de industrias y tecnología anticontaminantes".

"El medio ambiente", añadió Carmen de Andrés, "se convierte en un área de negocio con perspectivas de fuerte crecimiento para empresas de ingeniería y construcción en cuestiones referentes a la restauración paisajística, de monumentos histórico-artísticos afectados por la contaminación, recuperación de suelos afectados y ejecución de obras públicas para conseguir un menor impacto ambiental".

También para el ingeniero José M. Fluxá, el medio ambiente, como actividad y negocio, ha tenido durante los últimos 10 años un carácter más bien emergente. "Pero", dijo, "el plazo se está acabando. Europa nos va a obligar a cuidar nuestro medio ambiente. El mercado está dejando de ser emergente, y por ello el número de empresas extranjeras que aquí trabajan en cuestiones de impacto o corrección se ha multiplicado últimamente por 10. La hora ha llegado para los pequeños consultores con capacidad de innovación. Creo que en el futuro el medio ambiente estará tan ligado a las obras públicas como la energía en general, y muchos ingenieros trabajarán en ese campo".

Por su parte, Pablo Bueno destacó en su intervención que ha sonado la hora de seguir un modelo de "desarrollo sostenido", al que definió como aquel que permite la mejora de la calidad de vida de la generación actual, "sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades".

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