Dame veneno
La picadura de un escorpión no resulta mortal para un hombre sano, pero sí puede ser bastante perjudicial. Casi siempre provoca molestias de muy diverso tipo, como dolores de cabeza, vómitos y, si los escorpiones son alemanes, incluso principio de sordera. Los Scorpions no llegan a tanto en sus agresiones, pese a que utilizan un veneno tan potente como dañino: el vatio. Estos cinco músicos germanos componen espectáculos atronadores de innegable atractivo visual. Duros, pero inteligentes; tóxicos, pero no letales. Después de 10 años de carrera, los aspectos que rodean los conciertos de Scorpions carecen de componentes aleatorios. Todo es intencionado, desde una inflexión vocal hasta el flashazo del segundo foco de la décima columna de luces de la parte izquierda del escenario. Alevosía y premeditación, pero sin restar al grupo ni un ápice de credibilidad: sus seguidores reciben su dosis de veneno como agua de mayo. Y no sólo sobreviven, sino que incluso parecen divertirse.
Scorpions y Tesla
Scorpions. Klaus Meine (voz solista), Rudolf Schenker (guitarra), Matthias Jabs (guitarras), Francis Buchoiz (bajo) y Herman Rarebell (batería). Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. 10.000 personas. Precio: 2.500 pesetas. Madrid, 14 de octubre.
Babelia
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