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Castro culpa a la URSS de la crisis al iniciarse el congreso del PC cubano

El presidente Fidel Castro pronunció ayer un largo discurso, en la inauguración del cuarto congreso del Partido Comunista Cubano, en el cual, tras hacer una referencia extensa a lo que consideró el debate del campo socialista y criticar la pérdida de poder de la clase obrera en la URSS, justificó la penuria económica que vive el país en el incumplimiento hasta el pasado septiembre por la Unión Soviética del convenio comercial suscrito entre ambas naciones.En dicho convenio, dijo, se basa el suministro de alimentos y materias primas necesario para el funcionamiento del país. Castro afirmó que el problema no estaba en los envíos de petróleo, sino en los de alimentos y materias primas industriales. El presidente cubano afirmó que en la URSS se han desmoronado los principios del socialismo en aras de la economía de mercado y que la Unión Soviética se ha debilitado. "Nos defenderemos a nosotros mismos, rodeados de un océano de capitalismo", aseguró.

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Castro se preguntó si los problemas de la transición soviética influían en Cuba, contestándose que "hubo mucha gente que se confundió en los primeros tiempos porque cuando se hablaba de perfeccionar el socialismo sonaba a palabras bonitas y agradables". A la misma hora en que se inauguraba el congreso, este enviado especial era conminado en La Habana a abandonar el país en 24 horas, al igual que ocurriera en la víspera con el de La Vanguardia, pese a tener visado válido hasta el próximo día 13.

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Escaso eco

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La inauguración del congreso con la figura de Lazo como protagonista no tuvo el eco esperado. Medios diplomáticos extranjeros que siguieron de cerca la intervención ante las cámaras del representante comunista de Santiago calificaron su alocución de "vacía e inspirada en documentos ya repetidos por Fidel Castro". Pese a ello, en algunas embajadas acreditadas en La Habana todavía permanecía latente la esperanza de que, o bien en el transcurso del congreso o el domingo con el discurso final de Castro, el mensaje inaugural concebido bajo el síndrome de la resistencia numantina sea renovado con señales que permitan admitir una voluntad de cambio del sistema vigente. El lema del congreso, no obstante, se limita a la frase: "Salvar la patria, la revolución y el socialismo".El congreso se ha inaugurado en un clima de fervor comunista por parte de los 1.800 delegados concentrados en Santiago, en un ambiente festivo y organizado en las calles de esta ciudad. Existe expectación entre la diplomacia acreditada en la isla y esperanza entre los ciudadanos, acuciados por problemas alimentarios y de transporte que les están proporcionando una caída en picado en la ya de por sí depauperada calidad de vida del cubano. También se desarrolla el congreso en medio de una oleada de detenciones contra disidentes del régimen comunista y la expulsión en las próximas horas de varios periodistas extranjeros, lo que, a juicio de los medios diplomáticos consultados, agrava el deterioro de la posición internacional de este Estado caribeño.

Estos medios aseguraban ayer que se vive pendiente de la esperanza de cambios en el sistema y sostienen que pueden ser sintomáticas, de llevarse a cabo, ciertas reformas al menos previstas en las áreas constitucional y económica y en los estatutos del partido. No obstante, se hace hincapié en que Cuba camina lentamente en el tiempo, no se homologa a las exigencias internacionales que están definiendo un nuevo orden mundial y tiene ya agotado su modelo económico.

Santiago de Cuba, sede de esté decisivo congreso, es la cuna de la revolución y recibió en su día el honor de ser considerada la ciudad héroe. Fue allí precisamente donde Fidel y un grupo de seguidores protagonizaron hace 33 años el primer golpe de efecto al régimen de Fulgencio Batista: el asalto, frustrado, al cuartel del Moncada. Hoy Santiago comparte las mismas miserias y el mismo drama social que La Habana, con largas colas y numerosos parados.

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