EE UU envía 400 'marines' a Guantánamo para una eventual evacuación de sus nacionales de Haití

Estados Unidos ha enviado más de 400 marines a la base naval norteamericana de Guantánamo, en Cuba, para usarlos en una posible evacuación de ciudadanos estadounidenses en Haití, informaron anoche fuentes del Pentágono. Poco antes, el presidente George Bush se declaró "contrario" al envío de tropas a Haití, aunque no descartó que una fuerza multinacional acuda allí para derrocar a los mil¡tares golpistas que se han hecho con el poder.

George Bush dijo: "EE UU tiene e una larga historia de intervenciones militares en este hemisferio y por eso debemos ser muy cuidadosos con este tipo de temas" Unas horas después de esta declaración, el derrocado presidente Jean-Claude Arístide llegó a Washington procedente de Caracas para informar al pleno de la Organización de Estados Americanos (OEA). La reunión urgente de los cancilleres de la OEA tenía previsto considerar sanciones económicas y comerciales contra la junta que ha tomado el poder en Haití. Se trata, para la organización, de una prueba de fuego que demostrará si puede actuar como la ONU americana o continúa siendo un organismo sin poder político y moral para defender la democracia.

Cualquier boicoteo o embargo comercial aconsejado por la OEA será el resultado de una resolución adoptada por la organización en su última reunión plenaria celebrada en Chile la pasada primavera.

"El caso de Haití es la primera prueba con la que se enfrenta la OEA tras la aprobación de aquella resolución, denominada 'En defensa de las democracias representativas'", comentó ayer el embajador español ante la OEA, Miguel Angel Carriedo. Para el representante español la presencia de la OEA junto a la ONU en la supervisión de las elecciones haitianas es otra razón para que intervenga.

Las acciones que pueda emprender la OEA se sumarían a la negativa norteamericana a seguir enviando ayuda económica a Haití. Estados Unidos declaró el pasado martes a través de una portavoz del Departamento de Estado que no reconocía a la junta, que ha derrocado por la fuerza el poder constitucional de Haití y obligado al presidente electo a exiliarse. EE UU rompía así con su imagen de no interferencia en los asuntos internos de otros países y respaldaba la aplicación de la resolución 1.080 de la OEA. El embajador de Haití en la ONU, Fritz Longchamp, que no representa a la junta, sino al anterior Gobierno, declaró ayer en Nueva York que su país necesita "la ayuda internacional" para derrocar a los golpistas, pero añadió que no aconsejaba, de momento, ninguna intervención militar.

[El Gobierno cubano declaró ayer que había recibido con "profunda indignación las noticias del sangriento golpe militar de Haití" y expresó su más "dura condena a la junta militar", haciendo un llamamiento "para la restauración del legítimo Gobierno del presidente Aristide, informa Reuter].

Por otra parte, el general golpista Raoul Cédras afirmó ayer durante una intervención en la televisión haitiana que el presidente depuesto tenía la intención de establecer "una dictadura" en Haití, informa AFP desde Puerto Príncipe.