El control salarial se debatirá en el Consejo Económico y Social

El Gobierno propondrá que la política de control de las rentas salariales y empresariales -punto central de su pacto de competitividad- se debata de nuevo en el Consejo Económico y Social (CES), una vez constatado el fracaso de las negociaciones con los sindicatos y la patronal llevadas a cabo en el mes de julio. Para que se produzca ese debate se debe constituir previamente el organismo consultivo, que se aprobó por ley hace más de cuatro meses. El titular de Economía, Carlos Solchaga, concretó por fin ayer que el CES quedará conformado el próximo día 20 de octubre.El ministro hizo este anuncio tras explicar en el Parlamento el desarrollo de las fallidas conversaciones con los interlocutores sociales para lo cual renunció, según sus palabras, a toda tentación de buscar culpables". Sin embargo afirmó que la patronal "mantuvo una posición que ciertamente ayudaba al desarrollo de la negociación" y, respecto a la postura del Gobierno, dijo que "quien les habla hizo un intento, como era mi obligación, no tiene mayor mérito, de salvar la situación".

Solchaga responsabilizó por entero a los sindicatos de que las reuniones duraran apenas unas horas, cuando negociaciones de ese tipo requieren "centenares de horas de discusión" y en su criterio se limitaron a los primeros intercambios, a meras declaraciones de principios.

El ministro de Economía informó al Parlamento que las discrepancias en materia de rentas se constataron cuando los sindicatos comunicaron al Gobierno y a la patronal que no admitían un acuerdo de política de rentas limitado a los salarlos y los beneficios. Para Solchaga, incluir el control de los alquileres y de todas las rentas de la economía hubiera significado una intervención de la Administración que "no es siquiera imaginable" en un mercado abierto.

El resto de las propuestas de UGT y CC OO se encontraron con negativas similares del Ejecutivo y de la patronal, quienes rechazaron la cláusula de garantía universal para todas las rentas, así como la eliminación del contrato temporal de fomento del empleo.

Carlos Solchaga defendió ayer, lo mismo que hizo en la mesa negociadora, esa figura contractual, porque a su juicio ha introducido flexibilidad en el mercado de trabajo, no precariedad, y ha sido "extraordinariamente útil a partir del año l985".