Sólo cuatro niños payos fueron a clase junto con los gitanos de Mancha Real
Sólo cuatro niños payos, todos ellos hijos de profesores de EGB, asistieron ayer a clase junto a dos de los tres alumnos gitanos matriculados en el colegio público Sixto Sigler de Mancha Real. Por tercer día consecutivo la tensión volvió ayer a este pueblo de Jaén al recibir un grupo de unas 200 madres con gritos de "asesinos" y "fuera, fuera" a los niños gitanos. Igualmente, un centenar de padres de alumnos mantuvieron ayer, también por tercer día consecutivo, su postura de no enviar a sus hijos al colegio público Francesc Feliu, de Aitona (Lérida), en protesta por la admisión de siete niños gitanos.
[El ministro de Educación y Ciencia, Javier Solana, declaró ayer a Efe que está "preocupado por los brotes de racismo que han aparecido en algunos puntos de España" y que su departamento hará lo posible para que finalice la discriminación contra los niños gitanos de Mancha Real y Aitona].La niña gitana Francisca Romero, de siete años, no asistió ayer a clase, y aunque Antonio Jiménez, presidente de la Asociación Gitana de Jaén en un principio dijo que la ausencia de la pequeña se debía a que padecía un fuerte dolor de cabeza, posteriormente la madre de la menor, Juana, aseguró que el verdadero motivo de la ausencia a clase de su hija "es por el enorme miedo que ha pasado estos días".
"Mi hijo ha venido a clase porque como niño normal y corriente es donde tiene que estar", dijo una profesora, madre de una escolar. Otra profesora del centro dijo: "Hay muchos padres que quieren enviar a sus niños al colegio, pero no desean destacarse por miedo a las amenazas".
Francisco Gutiérrez, director del colegio Sixto Sigler, manifestó que en la noche del pasado martes se celebró una reunión en la casa de la Cultura de Mancha Real en la que participaron el alcalde y algunos padres de alumnos, para tratar de darle una solución a la vuelta a clase de toda la población escolar. "En la reunión una gran cantidad de madres comenzaron a gritar 'gitanos no' y se tuvo que suspender", señaló Gutiérrez.
El gobernador civil de Jaén, Joaquín Íñiguez, ha manifestado que se ha abierto una investigación sobre el proceder de las madres concentradas ante el colegio Sixto Sigler por si hubiesen cometido actos constitutivos de delito. El gobernador agregó que la coacción física o psíquica a las personas es una infracción penal, "tratar de impedir el ejercicio de los derechos reconocidos por las leyes en relación con los servicios públicos es delito, si el bloqueo responde a razones de origen, sexo o raza". Ayer el acceso al centro volvió a estar vigilado por una veintena de guardias civiles. Policías vestidos de paisano grabaron en vídeo a las madres que amenazaban a los pequeños.
Mejor solos que fuera
La situación en el colegio público de Aitona (Lérida) ha sido calificada de racista por los dirigentes de la Asociación Cultural Gitana de Lérida y por la Federación de Asociación de Padres de Alumnos de Cataluña (FAPAC). Josep Varela, delegado de Enseñanza de la Generalitat, intentó sin éxito el martes por la noche convencer a los padres del colegio para que aceptaran su propuesta de dividir a los niños gitanos en dos grupos, de forma que uno se quede en la escuela pública y el otro vaya al colegio privado. Varela manifestó que su departamento defenderá el derecho de estos niños a ser escolarizados.
El grupo de siete niños gitanos no se esconde y tienen ganas de explicar cómo se siente un niño rechazado. La mayor de ellos, Rosa, de 13 años, asegura que la situación es nueva para ella, ya que en el anterior colegio al que asistió, en Terrassa, nunca tuvo problemas: "Nosotros no hemos hecho nada para que se nos trate así. No entendemos qué ha podido pasar, pues hasta hace unos días jugábamos con los niños del pueblo e incluso venían a buscarnos a casa. Está claro que es una cosa de los padres que no quieren que compartamos la escuela con sus hijos".
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