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Los países pesqueros anuncian un mayor control sobre las capturas

Xosé Hermida

El mar va a ser cada vez menos libre en los próximos diez años. Esta es la conclusión que se extrae de los dos días de debates que mantuvieron en la isla de La Toja (Pontevedra) delegados ministeriales de los 41 países de todo el mundo con intereses en el sector pesquero. La mayoría de los asistentes a la conferencia abogó por un mayor control de las capturas, que se extenderá incluso a aguas internacionales. Sin embargo, existe también una voluntad general favorable a liberalizar el comercio mundial de productos pesqueros por parte de los asistentes.

En la actualidad, el 35% de las aguas del mundo y el 95% de los recursos pesqueros están bajo la jurisdicción de algún país, según datos ofrecidos por el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Pedro Solbes.A pesar de ello, la mayoría de las naciones con reservas pesqueras desea incrementar el control sobre las capturas más allá de las 200 millas de zona económica exclusiva de los Estados ribereños.

Las conclusiones verbales de la conferencia de La Toja, clausurada ayer por el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, hacen referencia a la puesta en prática de mecanismos de vigilancia sobre aguas internacionales que, según Solbes, estarían a cargo de entidades regionales. El ministro español advirtió que aunque nuestro país es favorable a incrementar el control sobre la pesca libre es necesario que estas medidas sean supervisadas por organismos internacionales para evitar que encubran "intereses económicos o comerciales" de los países ricos en reservas.

Preservar recursos

Las conclusiones de la conferencia se refieren también a la preocupación por preservar los recursos de los mares en los próximos diez años e impedir que, como dijo Solbes, "la pesca se agote en esta generación o en la próxima". El ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación puso como ejemplo que a principios del presente siglo se capturaban en el mundo cinco millones de toneladas anuales de pescado y en la actualidad se recogen unos 100 millones por año. La evolución, pues, se ha acelerado notablemente.Este mayor control de los caladeros va a plantear dificultades a los países que, como España, poseen una potente flota pero cada vez encuentran mayores dificultades para facnar. El vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, que asistió a la clausura de la conferencia en la isla de La Toja, ya adelantó que es necesarlo "cambiar la filosofía de las relaciones exteriores pesqueras de la CE". Marín y Solbes coincidieron en que las empresas espanolas deben internacionalizarse y plantearse la necesidad de crear asociaciones comerciales con los países que tienen pesca pero carecen de barcos.

La mayoría de los asistentes a la conferencia se declaró partidarlo de la liberalización total del comercio. La postura espanola con respecto a esta propuesta es más matizada: liberalizar el comercio debe implicar también liberalizar la circulación de capitales y flexibilizar las condiciones de acceso a los caladeros. Con ello, se pretende llegar a una situación más llevadera que la actual y evitar los continuos conflictos que se producen en los diferentes caladeros por las flotas pesqueras en general.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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