Entre Sicilia y Hollywood

EL PAÍS, Sicilia, tierra natal de Frank Capra, lo vio poco en sus 94 años de vida. Nació en Palermo el 8 de mayo de 1897 y a los seis años emigró con sus padres y sus seis hermanos a California (Estados Unidos). Sólo volvió a su ciudad natal 74 años después convertido ya en una conocida figura en la historia del cine.

Los primeros años de Capra en el Nuevo Mundo no fueron fáciles. Al principio vendió periódicos y luego tocó el banjo con Los Angeles Horiky Tonks, al margen de otras actividades eventuales que le permitieron ayudar a su familia y pagarse sus estudios. Cursó Artes Manuales en Los Ángeles y concluyó en 1918 sus estudios de ingeniería química en el California Institute of Technology.

En 1922 Capra dirigió su primera comedia, Fultah Fisher's Boarding House, adaptación de la obra de Rudyard Kipling, por la que cobró 75 dólares. Durante el siguiente año trabajó en distintas áreas de la producción cinematográfica para luego empezar a colaborar con el director de comedias Bob Eddy.

En 1925 fue contratado por Mack Sennett como gagman para el cómico Harry Langdon. Cuando al año siguiente Langdon cambió de compañía se llevó con él a Capra para producir Un sporisman de ocasión. Antes de ir a Nueva York para realizar Los tres papás, con Claudette Colbert, Capra tuvo la oportunidad de dirigir a Larígdon en otras dos películas, El hombre cañón y Sus primeros pantalones. El filme que hizo con Claudette Colbert fue un fracaso y quedó nuevamente sin empleo.

Volvió a HoIllywood y firmó un contrato con la Columbia Pictures lo que significó una larga y fructífera etapa. Con Sucedió una noche obtuvo en 1934 el Oscar de la Academia a la mejor película y a la mejor dirección. Dos años después repitió con El secreto de vivir en la que actuó Gary Cooper, y nuevamente obtuvo el Oscar en 1938 por Vive como quieras con James Stewart.

Durante la II Guerra Mundial realizó una serie de documentales sobre la Armada norteamericana. Retornó al cine con ¡Qué bello es vivir!, de nuevo con James Stewart. A partir de 1950 Capra deja de producir películas. Desde entonces hizo sólo un par de filmes irrelevantes, uno con Bing Crosby y otro con Frank Sinatra. En 1961 rodó su canto de cisne, Un gánster para un milagro, con Glenn Ford y Bette Davis. En 1982 obtuvo el premio del American Film Institutea la obra de toda una vida.