Tiranías comunistas

Le doy mis más profundas y sin ceras gracias por haber publicado en su periódico, el pasado 24 de agosto, el artículo La sonrisa de Li Lu, de Abraham M. Rosenthal, ex director de The New York Times, recordando, aunque sea de paso, a Li Lu, uno de los jóvenes del levantamiento popular contra la dictadura comunista china en Tiananmen en 19891 precisamente en este momento crucial del cambio mundial, con motivo del triunfo antigolpista en la Unión Soviética que afortunadamente ha tenido mejor suerte que los chinos.Es triste recordar los episodios de aquel mayo-junio de 1989 en que el pueblo chino se levantó contra el régimen dictatorial y vejatorio comunista, el cual atrajo la trágica matanza por el irónicamente llamado Ejército de Liberación Popular, y su consiguiente persecución de los líderes juveniles, que parte de ellos sigue en las cárceles, y otra pequeña parte huida y dispersada en el mundo libre.

Entre ambos acontecimientos, sin embargo, el mundo libre ha dispensado unos tratamientos político-económicos muy diferenciados. A los tiranos comunistas chinos les trataron incomprensiblemente con mucha más blandura que a los golpistas soviéticos, ya que en China se derramó mucha más sangre que en la Unión Soviética.

El mundo libre debe saber muy bien que el régimen comunista chino es mucho más duro con su propio pueblo y menos amistoso hacia el Occidente que los golpistas soviéticos si hubieran triunfado éstos. Lástima que el mundo libre esté gobernado por unos ineptos políticos y mediocres economistas que no ven más allá de sus narices, y con sus democracia y libertad -¿dónde está la justicia?- en la boquilla solamente para las galerías. Así son los Bush, Major, Mitterrand, Khol, Andreotti, Kaifú, etcétera. ¿Y González? Ah, Spain is different!-