Destellos de Celso Ortega
Celso Ortega es un modesto torero portuense, que esta temporada apenas habrá toreado media docena de corridas. Celso Ortega o no ha tenido suerte, o no tiene padrino, o está marginado por los poderosos del mundillo taurino. Sus calidades toreras merecen un mejor sitio en el escalafón. Las demostró en el sexto toro. Fueron solo dos series de redondos con la mano derecha, con espléndida naturalidad no reñida con el sentimiento. Un diestro que torea con ese buen gusto, si se lo hace a un toro con mayor pujanza, en Madrid o en Sevilla, se hubiera convertido en figura. Pero no estaba ni en Madrid ni en Sevilla, sino en El Puerto y con un toro que tras las dos espléndidas series se rajó estrepitosamente.La suerte se puso, sin embargo, del lado de Roberto Domínguez, en forma de un noble ejemplar de Gabriel Rojas, y al que desaprovechó lamentablemente. Una faena despegada, sin enjundia. Una benévola oreja del bondadoso público.
Torrealta / Romero, Domínguez, Ortega
Tres toros de Torrealta, dos de Paloma Eulate, de aceptable presentación, blandos y mansurrones, y 2º de Gabriel Rojas, bravo y noble. Curro Romero: pitos y, algunos pitos; Roberto Domínguez: oreja y ovación. Celso Ortega: vuelta y vuelta. Plaza del Puerto de Santa María, 25 de agosto. Media plaza.
Curro Romero no quiso ni ver a su primero. Le quitó las moscas pero sólo las del hocico, a base de tironcitos para restarle la poca embestida que tenía. En el cuarto estuvo hasta valiente, pero sólo dio fruto la porfía en un espléndido trincherazo. El toro no estaba por la labor de pelearse con Curro, y cuando uno no quiere, dos no se pelean.
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