Gorbachov dice que no abrá clemencia con los promotores del golpe

El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, comenzó ayer la amarga ruta del arrepentimiento, incorporándose, como un ciudadano más, a los cientos de miles de personas que salieron a despedir a las tres víctimas del fracasado golpe de Estado. En la plaza Manézhnaya intervino, entre otros oradores, y prometió que no habrá clemencia con los golpistas. Borís Yeltsin afirmó, por su parte, que los conjurados tenían una lista de 12 personas para asesinar cuando entrasen en el Parlamento ruso.Los ataúdes de Dmitri Komiar, Iliá Krichevski y VIadímir Usov, envueltos con la bandera tricolor rusa -rojo, azul y blanco-, estaban, cubiertos de flores, frente a la tribuna que se hallaba a espaldas del edificio del antiguo picadero del zar. Desde la tribuna y hasta donde alcanzaba la vista se extendía un mar de gente con banderas rusas, lituanas, ucranias, armenias y de otras repúblicas y movimientos.

Los familiares de los jóvenes muertos el miércoles estaban a un costado, sosteniendo en las manos grandes fotos de las víctimas. Gorbachov, unos minutos después de llegar, se les acercó para darles el pésame.

En su intervención, el presidente soviético, emocionado, manifestó: "Todo el país, todos los rusos, debemos agradecer profundamente a los Jóvenes que dieron su vida impidiendo el paso de quienes pretendieron destruir la democracia y volver al país a épocas sombrías". "Aquellos que organizaron el putch recibirán lo que se merecen, no habrá perdón para ellos", agregó. Gorbachov firmó ayer un decreto coliced iénd o les póstumamente a los tres defensores muertos el título honorífico de Héroes de la Unión Soviética.

Tres días de agosto

"Estos tres días de agosto no han sido días, sino toda una época en la que recorrimos un camino inmensamente largo hacia la democracia", dijo Elena Bonner, la viuda de Andréi Sájarov, premio Nobel de la Paz, en el discurso más eniotivo de los que se pronunciaron ayer.Después, la procesión fúnebre se encaminó hacia la Casa Blanca donde Yeltsin se despidió de los jóvenes héroes y luego encabezó el cortejo hacia el cementerio de Vagánkovskoye. La plaza junto a la Casa Blanca "de ahora en adelante se llamará plaza de la Rusia Libre", anunció. Luego se refirió al ex jefe del KGB VIadímir Kriuchkov. "El enemigo es cruel y, por supuesto, sanguinario. Pero, incluso ahora, cuán cínicas suenan las palabras del arrestado Kriuchkov, quien dijo que, si pudiera comenzar de nuevo, lo haría más rápido, con más energía y, lo principal, dejaría sin cabeza a Rusia".

El líder ruso señaló que los organizadores del golpe ahora se comportan como "cucarachas en un frasco", acusándose uno a otro y mostrando documentos. Así es corno ha aparecido una lista con las 12 personas que deberían matar después de tomar por asalto el Parlamento Ruso.