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¿Vacaciones? Mejor, no

El asueto anual se convierte para muchas personas en tiempo de molestias o frustraciones

A inicio del psicoanalista Miguel Martí López, existe también esa otra visión comercial que distribuyen las agencias de viajes y los comercios que venden sueños en forma de folleto y que impulsan a las personas a salir fuera de su rutina. Para cl especialista, "las vacaciones de verano es una idea de la sociedad occidental que está relacionada con el status social y que es asumida de diversas formas por las personas". Una manera poco usual, señala el psicoanalista, puede ser rebelarse ante esa imposición social. Para Martí López, las vacaciones provocan diferentes reacciones en las personas porque cada uno lleva su propio .sueño que puede o no convertirse en realidad.La familia, pesadilla

Los psicoanalistas afirman que el estrés y el agotamiento a que están sometidos los habitantes de algunos núcleos urbanos les hace esperar con ansiedad las vacaciones y sobrevalorar esta etapa del año. Sin embargo, no todo es de color rosa y para muchos españoles la época estival se convierte en una pesadilla porque deben estar con su familia y soportar las altas temperaturas tirados en una playa o fatigándose montaña arriba.

José María García Cruz, de 45 años, empleado de una línea de transporte, casado y con dos hijos, señala que enferma una semana antes de salir porque no soporta la idea de pasar 30 días con sus pequeños hijos. "Entiendo que ellos desean descansar", dice, pero a veces se exceden. Piden todo lo que ven en las vitrinas del pueblo. Quieren comer mejor que el resto del año. Un día, Andrés, el mayor, se intoxicó porque comió una salsa que nunca habíamos tenido en casa".

El psicoanalista Martí indica que las vacaciones pueden resultar insoportables para aquellas parejas que llevan una vida familiar ficticia durante el año y en la época estival se ven obligados a permanecer juntos. "Esta situación es normal", explica, "porque muchos hombres prefieren estar más tiempo en su trabajo para evitar enfrentarse a su mujer y alas relaciones sentimentales y sexuales con ella".

Esther Fonseca, de 35 años, ama de casa y con tres hijos, nunca pensó que las vacaciones afectaran tanto a su vida familiar. Para ella es el periodo más aburrido porque no descansa nada, y, por el contrario, trabaja mucho más de lo habitual. "Yo acepto ir de vacaciones por rutina. Mi esposo lo pasa genial jugando con los niños. Para él lo único importante es pensar que no tiene que levantarse temprano y puede hacer lo que le apetece".

La psicoanalista Monina Peiró explica que a mucha gente le afecta pensar en organizar sus vacaciones porque considera que es una imposición de la misma sociedad y por eso desean expresar en esta época su estado de ánimo y sus conflictos: "Si las vacaciones no son satisfactorias, se frustran. Por eso, muchos individuos buscan el viaje ideal a ese sueño imposible que son las vacaciones".

En cuanto a Benidorm,lugar donde suele ir a veranear con su familia, Fonseéa señala que lo único que le diferencia de Madrid es el mar. "Es increíble, porque tengo que ir por la compra, preparar la comida y asear el piso. Total, que casi todo es iguala Madrid. La diferencia es la playa y pensar que podemos disfrutarla". Indica que, aunque es muy nerviosa, no le gusta tomar medicamentos para calmarse: "Sería feliz si las labores fueran compartidas. Nunca discuto con mi esposo, pero terminamos las vacaciones sin hablarnos"

Luis Carlos Martínez, guía turístico hace 13 años, manifiesta que, de alguna manera, las agencias de viajes venden sueños en forma de folletos, y si no se cumplen, los veraneantes reaccionan con agresiones verbales, amenazas y una marginación que indispone al resto de sus compañeros de viaje.

Veraneantes enfermos

Martínez recuerda que en una excursión Madrid-Turquía uno de los veraneantes enfermó: "Lo llevamos al hospital y nos dijeron que su malestar era psicológico. Tuvimos que estar pendientes porque a cada rato-nos amenazaba con que se iba a morir. Llegó a Madrid peor de lo que se había ido. No descansó nada, pero se encargó de que nadie lo pasara bien. Así suele ocurrir, las frustraciones aparecen por cualquier razón".

Monica Peiró asegura que las vacaciones son el resultado de vivir el resto del año una vida más o menos satisfecha y que por eso las personas desean que su descanso sea agradable. "Buscan viajes maravillosos que estén de acuerdo con su deseo inconsciente y que puedan llegar a suplir las carencias que les impone su vida cotidiana. No aceptan que nada se interponga en su descanso, y si llega a ocurrir, aparece la agresión, la indignación o, sencillamente, la marginación y el rechazo al descanso".

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