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Los secuestradores del francés Leyraud amenazan con matarle si se libera a otro rehén

La promesa de libertad para un rehén norteamericano se convirtió ayer en sentencia a muerte para un francés. En rápida sucesión, los acontecimientos relacionados con la crisis de los rehenes occidentales expusieron un insólito conflicto entre secuestradores en momentos en que la ONU se apresta por primera vez a, tomar cartas en el asunto. El francés Jerome Leyraud fue secuestrado cuando John McCarthy gozaba, el pasado jueves, de sus primeros minutos de libertad tras cinco años y tres meses de cautiverio. El dilema de Estados Unidos, el Reino Unido, la ONU y Siria era anoche a quién creer.

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Unos quieren liberarlos, otros están dispuestos a asesinar para mantenerlos en cautiverio. Obviamente, los secuestradores musulmanes libaneses están divididos y parecen hablar en serio.No son elementos alentadores hoy para la misión que emprende el secretario general de las Naciones Unidas, el peruano Javier Pérez de Cuéllar. El máximo funcionario internacional llegó ayer al Reino Unido para recibir de manos del periodista John McCarthy la carta que según la Yihad Islámica, contiene la clave para poner punto final al penoso capítulo de los rehenes.

La lectura que a Pérez de Cuéllar le espera durante su estancia en Londres es más que confusa: la Yihad Islámica sostiene que el secreto para obtener la libertad de once hombres que han pasado años en los calabozos subterráneos de Beirut es presionar a Israel para que libere a centenares de presos árabes.

El último mensaje de la misteriosa "organización de defensa de los derechos de rehenes y prisioneros", recibido anoche telefónicamente en la redacción de una agencia internacional de noticias en Beirut, fue igualmente tajante: si tras la liberación de McCarthy el jueves pasado sale otro rehén, se mata a Jerorne Leyraud, el francés de 26 años secuestrado cuando McCarthy gozaba de sus primeros minutos de libertad tras cinco años de cautiverio. El dilema de Estados Unidos, el Reino Unido, la ONU y Siria era anoche a quién creer. La Organización de Justicia Revolucionaria (OJR), el grupo que se adjudicó el secuestro de los norteamericanos Joseph Ciccipio y Edward Austin Tracy en 1987, anunció que pondría en libertad a una de sus víctimas para recompensar los esfuerzos de la ONU. Los carceleros del francés reiteraron que Leyraud pagará con su vida las concesiones de la Yihad.

El conflicto sólo prometía agravarse. Israel no ha dado ninguna señal de (que piense modificar su postura; ninguno de los cerca de 370 libaneses y palestinos presos en la cárcel de Al Khiam, en el sur de Líbano, bajo control del Estado israelí, va a recobrar su libertad mientras Israel no consiga aclarar la suerte de siete soldados capturados por guerrilleros libaneses.

Diplomacia

El Ejército sirio, que controla capital libanesa, emprendió ayer redadas para tratar de localizar al francés, aunque sin resultado. Para el Gobierno de Damasco, el secuestro de Leyraud ha sido una bofetada al plan de seguridad en Beirut ya los planes para restablecer la confianza extranjera en Líbano.

Pero el drama de los rehenes pasa inevitablemente al terreno diplomático, a pesar de las amenazas contra la vida de Jerome Leyraud. El hecho de que Pérez de Cuéllar haya decidido tomar cartas en el asunto produjo ayer un resultado alentador la Organización de Justicia Revolucionaria dijo que Ciccipio o Tracy serían puestos en libertad, a más tardar, el lunes.

En un comunicado distribuido en Beirut, la OJR dijo que la liberación se produciría "en las próximas 72 horas", e incluso pidió que el representante de las Naciones Unidas, Giandomenico Picco, estuviera listo en Damasco para recibir al rehén liberado. "Las Naciones Unidas han lanzado una iniciativa y ya ha habido negociaciones con Javier Pérez de Cuéllar, a través de su representante especial, Giandomenico Picco, que han abierto horizontes importantes para negociaciones en influyentes niveles internacionales", dijo textualmente el comunicado.

Para despejar toda duda acerca de la autenticidad del comunicado, la OJR incluyó una fotografía, de Ciccipio, un empleado administrativo de la American University of Beirut secuestrado el 12 de septiembre de 1986. Y para atenuar el optimismo que produjo la liberación de McCarthy, la OJR sugirió que el proceso puede descarrilarse en cualquier momento si las demandas de los secuestradores son ignoradas por Israel. Al igual que la Yihad Islámica, la OJR demanda la liberación de libaneses y palestinos detenidos en cárceles bajo control israelí en el sur de Líbano. Uno de los primeros en salir en libertad, reiteró, debe ser el jeque Abdel Karim Obeid.

[YasirArafat dijo ayer en Londres que la OLP está de acuerdo, en principio, con la conferencia de paz para oriente Próximo, pero sólo si se ofrecen garantías de la aplicación de la ley internacional a los territorios ocupados, informa Reuter.

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