El Gobierno italiano dice que ningún refugiado quedará en el país
El Gobierno italiano ha intensificado la repatriación de los 11.000 albaneses llegados el miércoles a Bari y a otros puertos del país, mientras el ministro del Interior, Scotti Vicenzo, advertía que ninguno de ellos se quedará en Italia. Al menos tres buques de las compañías Adriática yTirrenia han sido requisados por las autoridades marítimas para facilitar una deportación más rápida. Hasta ayer habían sido devueltos a Albania cerca de 4.000 albaneses, según datos oficiales. En estos momentos se encuentran 4.200 refugiados en el estadio de Bari, 2.500 en el puerto, 300 en Siracusa y 100 en Brindisi, según informó el Ministerio del Interior italiano.En cada barco de pasajeros viajan 700 refugiados y 250 carabineros de escolta. Esta operación ha provocado protestas en el sector turístico, ya que los buques tenían programados viajes a Grecia o a localidades playeras de la costa adriática. Tanto turistas como albaneses repatriados sufrirán las consecuencias de un éxodo que ha coincidido con la terriporada alta de las vacaciones estivales.
Acusaciones
El Ministerio del Interior, desde el que se llan alzado voces acusando al Gobierno albanés de provocar la masiva diáspora y dificultar el regreso, ha asegurado, que, se adoptarán todas las medidas necesarias para concluir la deportación. Su titular insistió en que la, solución más eficaz es articular en el seno de la Comunidad Europea un programa de ayuda a Albania que disuada a sus naacionales de una emigración loca y sin esperanzas de acogida.Temporalmente permanecerán en Italia varios cientos de fugitivos que sufrieron graves heridas durante los incidentes registrados en el puerto y en el campo de fútbol o a lo largo de la travesía y brutal desembarco en Bari. Algunos resultaron seriamente lesionados durante el último intento de fuga a punta de cuchillo con un autobús aparcado cerca del estadio que fue tomado al asalto por un grupo de albaneses y puesto en marcha antes de ser rodeado y detenido por las fuerzas de seguridad.
La presencia de albaneses escapados se ha incrementado por las; calles de Bari, ciudad de 400.000 habitantes, aunque tarde o terriprano caen en manos de la policía o, como ocurrió ayer, son apaleados por jóvenes ultras o racistas. Todos estos inmigrantes a la fuerza, superado el primer recelo en el diálogo, repiten que tienen amigos y familiares dispuestos a hacerse cargo de ellos.
También razonan del mismo modo su partida de Albania: "Sabíamos que nos pueden echar, pero allí no tenemos nada ,y aquí puede cambiar nuestra suerte". "Prefiero a los negros, marroquíes o filipinos. Son mejores trabajadores", afirmaba un mirón en el muelle. "Además, bastante problema de desempleo tenemos en esta ciudad para que vengan más extranjeros a crearnos problemas".
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