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LAS SUPERPOTENCIAS DIALOGAN

George Bush da lecciones de capitalismo en Moscú

El "sueño americano" es un "sueño universal", manifestó ayer el presidente George Bush en un desayuno de trabajo con empresarios soviéticos y norteamericanos donde instruyó a los primeros sobre los principios filosóficos del capitalismo con ejemplos concretos, corno el de un basurero de Filadelfia que hoy es el multimillonario propietario de una compañía de reciclado de residuos.Al desayuno asistían 113 personas, entre las que se encontraban representantes de gigantes norteamericanos con intereses en la URSS; como la empresa de petróleos Chevron o American Express e IBM, y los pioneros del mundo empresarial soviético, como el economista Pável Bunich, presidente de la Unión de Empresarios Privados de la Unión Soviética. El escenario de la reunión era un lujoso hotel, puesto a punto por una firma soviético-norteamericana y situado justo al lado de la estación de ferrocarril de Kiev, una de las más concurridas de la capital.

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A la misma hora en que el presidente de EE UU disertaba sobre las bases de una "sociedad libre" -la "libertad política y económica"- una enorme masa de gentes humildemente vestidas y cargadas con enormes bolsas surgía de la estación para perderse en la ciudad en busca de los más elementales bienes de consumo.

Empresario y presidente

"La gente debe ser libre para trabajar, ahorrar, poseer sus propias casas, y arriesgarse (...), para controlar sus propias vidas", afirmó Bush, quien recordó que él también había sido un empresario, cuando se dedicaba a la maquinaria para la perforación petrolera.El presidente norteamericano dio un papel muy restringido a la intervención gubernamental en la economía de mercado. "No existe un cónclave de expertos gubernamentales, por muy brillantes que sean, que puedan competir con el absoluto ingenio de un mercado que recoge y distribuye la sabiduría de millones de gentes", afirmó el presidente. "El Gobierno debe establecer las reglas de un juego honesto", sentenció Bush.

El presidente reiteró que tiene intención de someter el acuerdo de comercio soviético-norteamericano, firmado hace ya un año, a la aprobación del Congreso y pedir la cláusula de nación más favorecida para la URSS, así como la derogación dé algunas restricciones que pesan hoy sobre la financiación del comercio entre los dos países. Bush dijo también que le gustaría ver terminados para finales de año los tratados de impuestos e inversión que se están negociando en la actualidad.

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Las promesas e intenciones del presidente no van a aliviar los problemas de la Unión Soviética en un futuro inmediato, pues el Congreso examinará tan sólo a partir de septiembre las medidas legislativas que desbloquearán el comercio con Moscú. En su alocución matutina, Bush no mencionó las restricciones del COCOM para las exportaciones de tecnología sensible a la URSS. Este tema fue abordado por el presidente Gorbachov el martes por la noche en la cena de gala en el Kremlin. El líder soviético considera que tales restricciones son un resto de la guerra fría que hoy ya carece de tiene sentido.

El ejemplo del vodka

Uno de los ejemplos concretos sobre cómo afectará la cláusula de nación más favorecida a los productos de exportación soviéticos es el del vodka, cuyas tarifas arancelarias en los Estados Unidos pasarán de algo más de un dólar a ocho centavos de dólar.Aparte del ejemplo del basurero de Filadelfia, Bush mencionó también a un grupo de estudiantes universitarios que con los trabajos realizados en un garaje habían marcado la pauta en la industria de ordenadores norteamericana.

El presidente subrayó también que no existe incompatibilidad entre los "valores y tradiciones rusas" y la "libre empresa". El socialismo ha fracasado, según el presidente de EE UU, en su intento de "crear un nuevo hombre soviético, simplemente porque la naturaleza humana no puede ser destruida y creada de nuevo".

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