Fría reacción israelí al anuncio de la conferencia de paz para Oriente Próximo
El anuncio hecho en Moscú por el presidente George Bush de que la conferencia paz para Oriente Próximo se celebrará en octubre no ha causado conmoción alguna en medios políticos israelíes. Lo único que han resaltado los funcionarios consultados es que "de momento, no hay ni invitaciones, ni fecha fija". Con un cierto sarcasmo, un funcionario indicó que del comunicado sólo queda claro que el secretario norteamericano de Estado, James Baker, continuará viajando para tratar de encontrar un "denominador común entre árabes e israelíes".
James Baker, que asistió a la cumbre de George Bush y Mijaíl Gorbachov, indicó que viajará a Israel para obtener la conformidad de este país a la conferencia de paz.Mientras las dos superpotencias acordaban en Moscú que la conferencia que apadrinan se celebrará en octubre, el desencanto planeaba sobre El Cairo y sobre la oposición israelí que está a favor del intercambio de paz por territorios. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, que pensó que una acogida calurosa y toda la hospitalidad oriental puesta al servicio del del ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, serviría para flexibilizar la posición de Tel Aviv, no logró que su esfuerzo tuviera éxito.
A pesar de que el mismo rais recibió dos veces a Levy, la visita concluyó sin avance alguno en cuanto a la representación palestina en la conferencia de paz, ni sobre los nuevos asentamientos de judíos en los territorios ocupados.
Yossi Ahimeir, director de la Oficina del Primer Ministro, declaró que Israel no aceptará participar en esta conferencia de paz hasta no haber obtenido de Estados Unidos una seguridad sobre cuál será la representación palestina en ella. Sin embargo, Ahimeir indicó que la convocatoria de la conferencia refleja, sin duda, que ha habido un "cierto progreso en el proceso de pre-negociación".
El diario Al Ahram, de carácter semioficial y con una de las mayores tiradas de Egipto, acusaba directamente al primer ministro israelí, Isaac Shamir, de constituir el principal obstáculo para la paz en Oriente Próximo. "No puede librarse de la obsesión de que los territorios ocupados son territorios israelíes y de que los palestinos no son más que habitantes de Israel que no tienen derecho a nada, ni a un Estado, ni a la tierra, ni a la autodeterminación", aseguraba el periódico en un virulento editorial. El tono del resto de la prensa egipcia ha sido muy similar durante los últimos días.
Jerusalén reunificada
"Cuando estamos aquí, en nuestra Jerusalén reunificada, bajo la soberanía israelí, sentimos visceralmente nuestro derecho soberano sobre la totalidad de EretzIsrael [la tierra bíblica israelí]: del Golán, al norte, a Eilath, al sur; desde Jordania, al Este, al Mediterraneo, al Oeste; nuestras tierras en Judea, Samarla [Cisjordama] y Gaza. Aquí, en nuestra capital, somos seres libres, los únicos propietarios legales de la tierra de nuestra patria eterna, el país de nuestros antepasado", proclamó Isaac Shamir en un apasionado discurso ante la asamblea de jóvenes religiosos del movimiento Bnel Akiva.
David Levy no hizo más que aferrarse a la postura oficial de su Gobierno de rechazar la participación de palestinos de Jerusalén Este en la conferencia de paz. En una conferencia de prensa celebrada poco antes de su regreso a Israel, trató de esconder el fracaso de su visita insistiendo en que las conversaciones mantenidas con las autoridades cairotas han servido para "reforzar el sentimiento de compromiso por parte de ambos países". El jefe de la diplomacia israelí, que hizo un esfuerzo por resaltar los aspectos positivos de su viaje, calificó el ambiente de sus conversaciones de "amistoso y franco". Levy ha invitado a Israel a su homólogo egipcio, Amer Musa.
Por unas horas se creyó que Egipto había de alguna manera cedido terreno para hacer posible el compromiso con Israel. Unas declaraciones del jefe de la diplomacia egipcia al diario israelí The Jerusalem Post provocaron el aparente equívoco. Musa aseguró, según el rotativo, que su país intentaba convencer a israelíes y palestinos de que los árabes de Jerusalén Este no participen en el inicio de las conversaciones, a cambio de que Israel no interprete esta concesion como un precedente para las negociaciones posteriores.
Dinámica propia
"La primera ronda de conversaciones puede ser mucho rnás simple que la segunda o la tercera", explicó Musa al corresponsal del Post en El Cairo. "Empecemos las negociaciones. Estamos seguros de que, una vez que comiencen, tendrán su propia dinárnica". Preguntado al respecto ayer, el ministro egipcio negó que hubiera alcanzado un acuerdo con su homólogo israelí, e insistió en que la representación palestina ,les un asunto de los palestinos".
Según fuentes gubernamentales israelíes, el único logro habido durante la visita del ministro Levy ha. sido la. promesa del presidente egipcio., Hosni Mubarak, de "estrechar los lazos bilaterales" entre ambos países.
"Israel quiere entablar, lo más pronto posible, negociaciones de paz directas y bilaterales con sus vecinos árabes, pero de momento no hay nada arreglado", declaró Moshe Katzav, ministro del gobernante Likud y uno de los hombres cercanos a al primer ministro Shamir,
Para los ministros ultranacionalistas el anucio de Bush es prematuro. "Antes de que la Organización para la Liberación de Palestina renuncie a nombrar una delegación palestina y renuncie a la particiapación de portavoces de Jerusalén Este, correrrá mucha agua por el Jordán durante mucho tiempo", afirma el rninistro general Rehavam Zeevin líder del partido Modele, llamado el partido de la Transferencia de los territorios.
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