Muere en EE UU Robert Motherwell, último maestro del expresionismo abstracto americano

El pintor Robert MotherweIl, el último representante de la primera generación de expresionistas abstractos norteamericanos, murió ayer a los 76 años en su casa de Provincetown (Massachusetts, EE UU) como consecuencia también por sus trabajos teóricos sobre arte de vanguardia y por sus inquietudes históricas y sociales, así como por su proximidad al Mediterráneo y a España, de la que son una muestra sus famosas series pictóricas tituladas Elegías a la República Española.

Robert Motherwell nació el 24 de enero de 1915 en la ciudad norteamericana de Aberdeen, en el Estado de Washington, aunque pasó la infancia y la primera juventud en California. Se formó en el Ott Art Institute de Los Ángeles y posteriormente estudió filosofía en las universidades de Stanford (1932-1937) y Harvard (1937-1938). En 1940, se graduó en Historia del Arte en la Universidad de Columbia. Un año antes, en 1939, había presentado su primera exposición individual en la galería Raymond Duncan de París. Su primera exposición en Estados Unidos se abrió en 1944, en la galería Peggy Guggenheim de Nueva York.Fue uno de sus profesores en Columbia -el historiador del arte Meyer Shapiro- quien le puso en contacto con los artistas franceses exiliados en EE UU. A partir de entonces, Motherwell se relacionó con Hans Arp, Henrí Matisse y Paul Klee, a quienes ,citaría siempre, junto con Pablo Picasso, Joan Miró y Piet Mondrian, como sus maestros.En 1942, se estableció en el Greenwich Village de Nueva York y conoció a Jackson Pollock y Willem de Kooning, con quienes experimentaría lo que entonces se conocía como automatismo y que sería el embrión del expresionismo abstracto norteamericano. Hacia 1948, abrió en Nueva York una escuela de arte que tuvo una corta vida, pero ejerció gran influencia en artistas más jóvenes. Fue también a finales de los años cuarenta cuando realizó la primera de sus conocidas series tituladas Elegías a la República Española.Presencia mundial

Desde los años cincuenta, Motherwell gozó de fama y reconocimiento. internacionales, como lo prueban sus siete doctorados honoris causa, los diversos premios internacionales con que fue galardonado y las numerosas exposiciones retrospectivas de su obra que se han realizado desde los años sesenta en los museos y fundaciones de arte contemporáneo más importantes del mundo. En España pudo verse una retrospectiva de su obra en 1980, en la Fundación Juan March de Madrid y en el Centro Cultura] de la Caixa de Pensions de Barcelona. En 1986 recibió la Medalla de Bellas Artes.

Un aspecto importante de la personalidad de Motherwell fue su labor teórica en defensa de la modernidad. El crítico de arte Jack Flam escribe en el libro Motherwell (de recentísima publicación por Rizzoli International Publications de Nueva York, Ediciones Polígrafa de Barcelona y Phaidon Press de Oxford): "MotherweIl ha sido uno de los más importantes portavoces de la modernidad en América y en esta dedicación, así como en su pintura, aparece como una figura quintaesencialmente norteamericana y, al mismo tiempo, internacional. Sus propios escritos constituyen la que probablemente sea la descripción y la defensa más elocuentes que poseemos del arte americano de posguerra y, como editor y fundador de la serie Documents of Modern Art, es el responsable de haber dotado a la lengua inglesa de algunos de los textos teóricos más importantes sobre la temprana vanguardia europea".

Desde febrero de este año, la galería Joan Prats, con sede en Barcelona, representa la obra de Motherwell en todo. el mundo excepto en EE UU. Joan de Muga, propietario de la galería, dijo ayer a este diario: "Motherwell era el último de los grandes de la escuela abstracta norteamericana, pues Willem de Kooning vive todavía, pero hace ya años que no trabaja, en tanto que Motherwell seguía activo. Siempre había estado muy ligado al Mediterráneo y a España, y era por eso, y por su deseo de estar más presente en Europa, que nos nombró sus representantes. Para mí, que lo conocía desde hacía muchos años, había llegado a ser' un amigo entrañable".

Miquel Tápies, director de la Fundación Tápies de Barcelona e hijo de Antoni Tápies, explicó a este diario: "Era el, último de la primera generación de expresionistas abstractos. Para nosotros es una pérdida muy sentida, pues con Tápies había una amistad y una mutua admiración de muchos años. Su obra es especialmente relevante para España por sus series de Elegías, que motivaron a muchos artistas del país, más allá incluso de sus grandes aportaciones plásticas".