El polvo del Pinatubo dificultó la observación
Los astrónomos del observatorio de Mauna Kea, en las islas Hawai, que ayer tuvieron una oportunidad única de observar el eclipse del siglo, debieron ajustar sus equipos para reducir el efecto del polvo inyectado en la estrátosfera por la erupción del volcan filipino Pinatubo el mes pasado. La nube de gas y polvo, que está dispersándose a gran altura, llegó a Hawai la semana pasada y está produciendo espectaculares efectos en el cielo al amanecer y a la puesta de sol.Por primera vez en la historia, ayer un eclipse total de sol pasó justo por encima del mayor observatorio del hemisferio Norte. Así, los investigadores pudieron utilizar los grandes equipos fijos en lugar de los telescopios y espectrógrafos portátiles que normalmente se llevan a cualquier punto remoto de la tierra en que, aproximadamente una vez al año, se produce una ocultación del astro.
La cima del volcán apagado en que está el observatorio tiene 4.200 metros de altura y el cielo es excepcionalmente transparente. Desde allí, los astrónomos utilizaron ayer siete potentes telescopios para hacer 10 experimentos, la mitad de ellos dedicados a averiguar por qué la corona solar (su atmósfera externa) alcanza una altísima temperatura de millones de grados centígrados, superior a la de la superficie. Otro grupo intentó detectar por vez primera si existe realmente el polvo interplanetario alrededor del Sol, como sugieren algunas hipótesis.
No solo los estudiosos del cielo desplegaron sus instrumentos en ocasión del eclipse. Un equipo de biólogos marinos instaló ayer hidrófonos y cámaras de vídeo alrededor de un lago artificial en Hawai para estudiar el comportamiento de seis delfines. Querían averiguar si los sonidos que estos mamíferos marinos emiten para comunicarse variaron durante la rápida e inesperada oscuridad del eclipse.
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