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El ministro de Defensa argelino condiciona el fin del estado de sitio al restablecimiento del orden

El levantamiento del estado de sitio en Argelia está condicionado al restablecindento del orden, la paz y la seguridad, afirmó el ministro de Defensa, Khaled Nezzar, en una entrevista emitida el sábado por la primera cadena de la televisión local. Horas después de estas declaraciones, las fuerzas de seguridad detenían en la alcaldía de Kouba, cerca de Argel, del número cuatro del Frente Islámico de Salvación, Mohamed Said.

El general de brigada y ministro de Defensa, Nezzar, pasó revista a la situación del país -sometido a medidas excepcionales desde el pasado 5 de junio- en el marco de una entrevista efectuada por el responsable de los servicios informativos de la televisión argelina. Nezzar habló en un tono distendido y amable, vestido con traje civil, y recalcó una y otra vez con firmeza que el Ejército no había salido a la calle para reprimir, sino para "defender la democracia" y "apagar el fuego".No habló directamente de los integristas ni del Frente Islámico de Salvación (FIS), pero aludió a los islamistas radicales cuando aseguró que el Ejército había salido de sus cuarteles para poner fin a una campana de desobediencia civil y a una operación emprendida por un sector minoritario que quería imponerse por la fuerza a la mayoría del país, "sin respetar las reglas del juego". Añadió que la mayoría de los ciudadanos había recibido con alivio el decreto del estado de sitio, aunque ello significara una merma en sus libertades, ya que se garantizaba su seguridad.

Dos revueltas paralelas

Nezzar hizo asimismo un paralelismo entre la revuelta de octubre de 1988 y la actual, y tras asegurar que en ninguna de las dos ocasiones el Ejército había salido a la calle por su gusto, señaló que la vez anterior el Ejército había permanecido sólo cinco días en la calle, pero que esta vez se vería obligado a quedarse algún tiempo más, aunque las medidas excepcionales se levantarán tan pronto como quede asegurada la paz y la tranquilidad.

La inesperada aparición de Nezzar en la televisión confirma la información publicada por EL PAÍS el pasado 7 de junio, según la cual este hombre es el máximo responsable de la cúpula militar que gobierna en Argelia. Nezzar cumplió una misión idéntica en octubre de 1988, cuando el presidente Chadli Benyedid llamó a los militares para restablecer el orden. Entonces igual que ahora, el nombre y la responsabilidad de Nezzar con respecto al aparato militar permaneció tapado y sólo se desveló su protagonismo una vez finalizada la situación excepcional.

La entrevista de Nezzar no ayuda, sin embargo, a desvelar el papel del Ejército en el proceso político del país. Siguen sin conocerse algunos aspectos no clarificados de la situación argelina y en especial de los incidentes acaecidos en Argel en la madrugada del 5 de junio, cuando los carros blindados entraron en la capital al menos media hora antes de que se anunciara oficialmente el establecimiento del estado de sitio.

Apenas se cumplían 24 horas de estas declaraciones, cuando las fuerzas de seguridad detenían al imam Mohamed Sald, el número cuatro del Frente Islámico de Salvación, convertido en portavoz del sector legitimista desde que el pasado 30 de junio fueron arrestados los dos principales líderes de la organización extremista islámica.

La detención de Said se produjo en el interior de la alcaldía de Kouba (Argel), cuando el imam se disponía a informar de la situación a un grupo de periodistas. Sald había anunciado recientemente que llamaría a la guerra santa o propondría el retorno a la clandestinidad si continuaba la represión contra el FIS.

Sectores moderados

Esta nueva detención facilita el diálogo que desde el Gobierno se pretende establecer con los sectores moderados islámicos, a la cabeza de los cuales se encuentra el imam ciego Hachemi Satinuni, el número tres de la organización, quien estratégicamente ha moderado sus argumentos y ha adoptado circunstancialmente posiciones más democráticas.

Por su parte, la autoridad militar informó que desde que se iniciaron los incidentes el número de víctimas es de 69. Tabién señaló que había trasladado a disposición judicial a nueve imames de Salda que desde los púlpitos se habían atrevido a llamar a la guerra santa.

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