_
_
_
_

Gaviria: "No más injusticias, no más privilegios, no más atropellos"

El presidente de Colombia proclama la nueva Constitución

"Cada uno de los colombianos tiene hoy más poder que nunca en toda la historia del país". Con esta frase resumió el Nobel Gabriel García Márquez a este periódico el significado de la nueva Constitución vigente desde ayer en esta nación latinoamericana. El escritor fue uno de los invitados especiales al acto de proclamación, el jueves por la noche (madrugada de ayer en España), de la Carta Magna, que fue definida por el presidente César Gaviria como "fruto de una revolución civilista".

Tras la roclamación, en el salón elíptico del Capitolio, de la Constitución, García Márquez fue uno de los muchos colombianos que confesó que no pudo evitar las lágrimas. La población siguió por radio y televisión el solemene acto. Vieron a los tres presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente (un representante del partido del Gobierno, el liberal Horacio Serpa; uno de los más reconocidos representantes de la derecha, el jefe del Movimiento de Salvación Nacional, Álvaro Gómez; y un ex guerrillero, el líder de la Alianza Democrática M-19, Antonio Navarro) anunciar a coro la proclamación de la nueva Constitución. Luego las notas del Mesías de Haendel interpretadas por la Orquesta Sinfónica, llenaron el recinto del Congreso. Ese mismo recinto, donde el jueves se dio vida a lo que muchos señalan como un nuevo pacto de paz, fue escenario del velatorio de muchas de las víctimas de las últimas guerras que han agobiado a este país.

Nuevas reglas del juego

El acto estuvo presidido por el presidente, César Gaviria, que en su discurso recordó a muchos de estos colombianos caídos y resaltó la tolerancia como uno de los rasgos de la nueva Constitución. "Hemos adoptado unas nuevas reglas de juego para que dejemos de pelear como enemigos y pasemos a dialogar como contradictores", afirmó. "No más injusticias, no más privilegios, no más atropellos; vivamos todos en paz".El mandatario de los colombianos resumió así la nueva Constitución: "Generosa en materia de derechos, amplia, democrática y participativa en cuanto a lo político; fuerte y sólida en lo que se refiere a la justicia; sana y responsable en lo económico; revolucionaria en lo social". El presidente hizo un resumen de las bondades del paso de la democracia a medias a la democracia participativa, y aseguró que Colombia está frente a una verdadera revolución pacífica. "Los colombianos hemos dado una lección al mundo: cuando se cernían sobre nosotros las mayores amenazas, cuando la violencia entretejía la madeja de varias guerras simultáneas, cuando otros muchos pueblos en similares circunstancias habrían quizá cedido a las tentaciones totalitarias, optamos por el camino de las reformas de una verdadera revolución civilista". Finalmente, y al hacer un llamamiento para ayudar a poner en marcha la nueva Constitución, dijo: "Les invito a una batalla en la que no caiga una sola gota de sangre, para hacer cumplir la Constitución y sus derechos".

Gaviria, al igual que los tres presidentes de la Asamblea Constituyente, hicieron un llamado a los grupos guerrilleros que aún están en plan de guerra. Aseguraron que las puertas para el diálogo siguen abiertas. "Ustedes hacen falta aquí", dijo Antonio Navarro Wolf al invitarles a participar en este proceso democrático. "Atrás ha quedado también cualquier pretexto para la lucha armada como instrumento de acción política", dijo el presidente Gaviria.

Uno a uno, los 74 delegados que participaron en la redacción de la nueva Carta Magna desfilaron y firmaron la nueva Constitución. Los más aplaudidos, los tres indígenas. Ellos no ocultaron su felicidad. Cantaron con fuerza el himno nacional porque, como dice Lorenzo Muelas, "por primera vez nos sentimos de verdad colombianos". Los nativos consiguieron respeto para sus territorios, para su lengua y para su justicia. Estos tres delegados llegaron al acto solemne de proclamación de la Carta Magna vestidos de forma sencilla. Lorenzo Muelas, el guambiano, con su ruana, su faldón negro y su sombrero de paño; Francisco Birri, de chaleco y camisa de sport, y Gerardo Peña, el ex guerrillero del grupo indigenista Quintín Lame, vestido por primera vez en su vida de paño y corbata, pero con su sombrero de paja.

Otro que no abandonó el sombrero fue el ex comandante y legendario guerrillero del M-19 Marcos Chalita. También de sport y con su sombrero de ala ancha blanco, firmó la Constituyente del 91 y luego alzó el brazo para hacer la V de la victoria. Hubo un ausente: el delegado del Movimiento de Salvación Nacional, Gustavo Salamea. No asistió al acto, dejó en blanco el espacio reservado para su firma. Salamea no está contento con el resultado. Cree que no tiene coherencia filosófica ni política, y piensa que será un fracaso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_